La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) ha identificado estaciones de servicio involucradas en el contrabando de combustibles, una práctica que perjudica el abastecimiento y genera largas filas en los surtidores. Según Germán Jiménez, director de la ANH, esta actividad delictiva no solo involucra a individuos, sino también a empresas que operan con estructuras organizadas para desviar sistemáticamente el producto.
“Ya no solo enfrentamos a quienes desvían combustible a pequeña escala, sino también a empresas que realizan actividades ilícitas, generando desabastecimiento y una sobredemanda que afecta directamente a la población”, declaró Jiménez en una entrevista con la televisora estatal.
Como parte de las acciones recientes, la ANH intervino y clausuró dos estaciones de servicio en el norte de La Paz: Gasol Camp, en Ixiamas, y Sayogas, en Urupana, tras comprobar su participación en el desvío de combustibles. En Cochabamba, también se detectaron irregularidades en la estación Libertador, en Punata, donde se alteraron placas vehiculares para facilitar el contrabando.
Además del impacto en el suministro, el contrabando de combustibles ha propiciado una campaña de desinformación destinada a generar pánico entre la población, difundiendo rumores sobre una supuesta escasez. Según Jiménez, estas percepciones de desabastecimiento se ven exacerbadas por las propias actividades ilícitas que interrumpen la distribución en algunas zonas.
Para garantizar el suministro de gasolina y diésel, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha habilitado 12 estaciones de servicio que operarán las 24 horas del día. Estas se encuentran distribuidas en Cochabamba (3), La Paz (4), Oruro (3) y Santa Cruz (2).
La ANH anunció que continuará realizando inspecciones y controles estrictos para erradicar estas prácticas, que no solo afectan la economía del país, sino también la estabilidad en el suministro de combustibles esenciales.