EFE.- Marlene Engelhorn, una heredera del imperio farmacéutico alemán BASF, anunció este lunes en Viena que dona gran parte de su fortuna, 25 millones de euros (27,3 millones de dólares), para devolverlos a la sociedad e impulsar en Austria un debate sobre el impuesto de sucesión.
La mujer de 31 años, de nacionalidad austríaca y alemana, es una conocida activista que exige desde hace años que se imponga más impuestos a las grandes fortunas, incluida una tasa sobre los bienes heredados, que en Austria no existe.
Para gestionar la “redistribución” de los 25 millones de euros se creará en las próximas semanas un consejo independiente que decidirá cómo se invertirá el dinero.
La propia heredera no tendrá, por deseo explícito, influencia alguna sobre el destino de los fondos, que estarán por completo en manos del órgano denominado “Buen consejo para la redistribución”.
Eso sí, quedarán excluidos los fines inconstitucionales, contrarios a la vida, inhumanos y con fines de lucro, destacó la activista, que considera su iniciativa como un impulso para que la sociedad vea como “natural” que la riqueza se distribuya de tal forma que beneficie a todos y no sólo a los más ricos.
“Siempre he dicho que quiero redistribuir al menos el 90 % (de la herencia), y ahora por fin estamos ante eso”, dijo Engelhorn en una rueda de prensa, en la que se mostró “increíblemente emocionada”.
La activista destacó que la riqueza en Austria, uno de los países con más renta per cápita de Europa, está distribuida de forma muy desigual, con el 1 % de los más adinerados (unos 40.000 hogares) controlando el 50 % del patrimonio nacional.
Según Engelhorn, este desequilibrio tiene un efecto negativo sobre el tejido social, el sistema político y los medios de comunicación, “lo que hace que la democracia esté en peligro ante la influencia desproporcionada de algunas personas ricas”.
El consejo encargado de elegir cómo invertir la herencia estará compuesto por 50 residentes en Austria (y 15 suplentes), elegidos de forma representativa entre 10.000 personas seleccionadas al azar por un conocido instituto demoscópico austríaco.
Estas personas, de al menos 16 años de edad, se reunirán entre marzo y junio de este año, siempre acompañadas por un moderador y varios expertos, para estudiar y debatir ideas para una distribución mejor de la riqueza en Austria y para decidir qué hacer con los 25 millones de euros de Engelhorn.
La heredera destacó hoy que eligió está forma de redistribuir su fortuna para ser coherente con su espíritu democrático: “Creo que si te tomas la democracia en serio, le tienes que dar una oportunidad real”, aseguró.
El dinero que le queda de su herencia lo usará como “financiación puente” de aquí a empezar su vida laboral, explicó la filóloga, quien se mostró convencida de que nunca se arrepentirá de su decisión.
“No puedo imaginar que me vaya a lamentar. Cuando unos pocos tienen demasiado, muchos tienen demasiado poco”, concluyó Engelhorn, cuya abuela, casada con un nieto del fundador de BASF y fallecida el año pasado en Suiza, dejó a la familia una fortuna de unos 4.200 millones de euros (unos 4.600 millones de euros).