El Gobierno y los representantes del sector panificador se reunirán este lunes para debatir el precio del pan de batalla, actualmente fijado en 0,50 bolivianos. El encuentro abordará los costos de producción y buscará un consenso entre las demandas del gremio y la postura oficial de mantener el precio vigente.
El viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, afirmó que no hay razones técnicas que justifiquen un aumento significativo, dado que la harina de trigo, principal insumo del pan, es subvencionada por el Estado. “Todos los productos con subvención no deben sufrir incrementos porque representan un sacrificio de todos los bolivianos. No puede ser que se planteen precios como 0,70 centavos, 1 boliviano o más”, declaró.
Actualmente, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) suministra harina a los panificadores a un precio de 130 bolivianos por quintal, considerablemente menor al precio de mercado, que alcanza los 250 bolivianos. Además, el Gobierno provee otros insumos esenciales, como azúcar, levadura y manteca, a precios subsidiados, y ha extendido hasta agosto de 2025 el arancel cero para la importación de trigo y harina. Estas medidas buscan garantizar la estabilidad del precio del pan.
Por otro lado, Rubén Ríos, dirigente de los panificadores, indicó que el sector exigirá un ajuste “justo” a 0,70 centavos por unidad. Según Ríos, el aumento en los costos de otros insumos ha llevado a que muchos panificadores trabajen con pérdidas. “Debe haber un incremento razonable. Hemos analizado bien la situación y los números no cuadran”, aseguró.
La reunión, programada para esta jornada en las oficinas de Emapa, es clave para la economía familiar, ya que el pan es un alimento básico en la dieta boliviana. Las decisiones que se tomen afectarán tanto a los consumidores como a la sostenibilidad del sector panificador.