El Gobierno ha identificado indicios que apuntan a la utilización deliberada de incendios forestales como parte de una estrategia para crear escenarios de descontento social, político e incluso para causar víctimas, lo que podría desencadenar una situación “extremadamente grave”. Así lo afirmó Juan Carlos Calvimontes, viceministro de Defensa Civil, en una entrevista con medios estatales.
Calvimontes señaló que, si bien los incendios forestales son un problema recurrente en varias regiones del país, la situación en Santa Cruz, el departamento más afectado por las quemas, ha levantado serias preocupaciones. Según la autoridad, a pesar de los esfuerzos por controlar y extinguir los fuegos, continúan registrándose nuevos incendios, lo que ha llevado al Gobierno a sospechar que estos están siendo provocados intencionalmente.
El viceministro destacó que la hipótesis gubernamental se basa en la identificación de patrones inusuales en el comportamiento del fuego. “Hemos identificado en muchos lugares indicios que nos conducen a pensar que no solo buscan generar descontento social y político, sino también crear víctimas para intensificar una imagen de desastre en el país”, advirtió Calvimontes.
Testimonios de expertos refuerzan sospechas
Una de las evidencias más preocupantes mencionadas por el viceministro proviene de expertos internacionales en manejo de incendios. Según Calvimontes, especialistas españoles que colaboraron en la lucha contra los incendios en la Chiquitanía indicaron que algunos de los focos de fuego no presentaban una “evolución natural”. Estos expertos señalaron que los incendios parecían haber sido provocados de manera “premeditada y planificada”.
“Los expertos nos expresaron su preocupación por la magnitud que alcanzaron los incendios, especialmente en el mes de septiembre, cuando el fuego mostró características que no corresponden a los patrones habituales de evolución de incendios naturales”, agregó.
Implicaciones y preocupaciones
El hecho de que los incendios forestales puedan estar siendo utilizados como una herramienta para crear caos y desestabilización añade una nueva capa de complejidad al problema. Más allá del impacto ambiental devastador, la posibilidad de que existan intenciones deliberadas de causar un escenario de crisis es alarmante. Esta situación plantea la necesidad urgente de intensificar las investigaciones para identificar a los responsables y tomar medidas para prevenir futuras tragedias.
La hipótesis del Gobierno abre el debate sobre las motivaciones detrás de estos actos y las posibles consecuencias sociales y políticas que podrían derivarse de un escenario de esta naturaleza.