La noche del lunes, el Gobierno de Bolivia, a través de la Cancillería, denunció ante la comunidad internacional que el expresidente y líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, amenazó con interrumpir la continuidad democrática del país. En un comunicado oficial, rechazaron las declaraciones de Morales y reafirmaron su compromiso con el orden constitucional.
El pronunciamiento gubernamental surge tras los enfrentamientos ocurridos entre facciones del MAS, los llamados “evistas” y “arcistas”, tras una marcha de siete días liderada por Morales, que culminó en La Paz. Durante un cabildo realizado el 23 de septiembre, Morales lanzó un ultimátum al presidente Luis Arce, exigiendo que en un plazo de 24 horas reemplace a su Gabinete de Ministros, acusando a varios de ellos de corrupción y racismo. “Si Lucho quiere seguir gobernando, que en 24 horas cambie a ministros narcos, corruptos, ministros racistas y fascistas”, afirmó Morales ante sus seguidores.
El conflicto entre Morales y Arce, exaliados políticos, ha escalado en las últimas semanas. Morales rechazó una invitación al diálogo por parte del presidente, quien lo citó en el Ministerio de Educación el viernes anterior. En respuesta, Morales condicionó el encuentro a que Arce asistiera a la marcha, propuesta que fue rechazada por el Gobierno debido a preocupaciones de seguridad.
La Defensoría del Pueblo intentó mediar, convocando a ambas partes a una reunión en sus oficinas. Sin embargo, solo las autoridades gubernamentales atendieron el llamado, ya que Morales regresó a su bastión político en el Chapare tras finalizar la marcha.
En su comunicado, la Cancillería enfatizó que el Gobierno “ha demostrado su vocación democrática convocando al diálogo de manera reiterada” y rechazó las declaraciones de Morales como un intento de extorsión y condicionamiento a la voluntad popular expresada en las urnas. Asimismo, el Gobierno ratificó su compromiso con la resolución pacífica de conflictos y la estabilidad del país.
El enfrentamiento entre los seguidores de Morales y del Gobierno derivó en disturbios y heridos en las cercanías del centro de La Paz, lo que ha generado mayor tensión en el escenario político del país. El Gobierno, por su parte, concluyó su pronunciamiento reiterando su compromiso con la defensa de la democracia y la paz social en Bolivia.