El Senado francés aprobó el artículo clave del proyecto de reforma de las pensiones que eleva la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años.
Pasada la medianoche, 201 senadores se pronunciaron a favor del artículo 7 del proyecto de ley que aumenta en dos años la edad a la que los franceses tendrán que esperar para poder hacer valer sus derechos a la jubilación, mientras que 115 se pronunciaron en contra y 29 se abstuvieron.
El voto se produjo al término de un rifirrafe parlamentario de una quincena de horas sobre ese artículo, con la izquierda que había presentado cientos de enmiendas para obstruir el debate y la derecha recurrió a un dispositivo excepcional que permite saltárselas.
El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, se mostró satisfecho, pero prudente, consciente de que este avance parcial para su proyecto se asentó en un apoyo de la derecha que le resultará imprescindible para que salga adelante en la fase de conciliación entre las dos cámaras parlamentarias.
Dussopt consideró que fue «un voto de responsabilidad del Senado, que se ha decantado por seguir al Gobierno», y manifestó su deseo de que todos los artículos puedan discutirse y adoptarse de aquí a la fecha límite de tramitación en el Senado, la medianoche del domingo.
Pero el gran ganador de la noche fue el jefe del grupo parlamentario del partido de la derecha clásica Los Republicanos, Bruno Retailleau, cuyos senadores fueron el soporte fundamental del artículo 7: 127 se pronunciaron a favor y sólo dos en contra.
Más allá de esta votación y de la tramitación parlamentaria, que podría finalizar la semana próxima, el gran escollo para Macron son las protestas masivas en la calle organizadas por todos los sindicatos reunidos en una unión bastante inaudita en Francia.