El ministro de Medio Ambiente, Alan Lisperguer, informó que los focos de calor en Bolivia se redujeron drásticamente de 31.000 a 7.000 en un solo día, gracias a las acciones coordinadas por las instituciones del Estado. Según el Gobierno, este descenso responde al esfuerzo conjunto desplegado en todo el país, sumado a las lluvias registradas en el departamento de Santa Cruz, que ayudaron a mitigar los incendios en algunas áreas críticas.
Lisperguer, acompañado por el presidente Luis Arce, otros ministros y representantes de Defensa Civil, llegó el sábado al municipio de Urubichá, en Santa Cruz, para entregar ayuda humanitaria a las comunidades afectadas por el fuego y a los bomberos que trabajan incansablemente en su combate.
“Desde que se detectó la amenaza del fuego proveniente de Brasil, hemos trabajado en una coordinación estrecha con organismos internacionales, lo que nos permitió recibir apoyo efectivo de países vecinos”, señaló el ministro. Asimismo, destacó que el Ejecutivo ha implementado un centro de monitoreo climático que facilita el análisis y la respuesta ante el comportamiento del clima.
Entre las medidas adoptadas, Lisperguer mencionó el bombardeo de nubes, que permitió la caída de lluvias en diversas zonas del departamento cruceño. El sábado, tormentas fueron registradas en la capital de Santa Cruz y en otras localidades como Puerto Suárez, Cotoca, Montero, San José de Chiquitos y El Carmen Rivero. Sin embargo, zonas altamente afectadas, como Concepción, aún esperan la llegada de precipitaciones para aliviar la situación.
En respuesta a la emergencia, el Ministerio de Medio Ambiente ha desplegado ocho cisternas equipadas con sistemas de potabilización de agua, que se distribuirán en bebederos para los animales que huyen del fuego. Además, se han enviado equipos y suministros para apoyar a los bomberos y continuar con las labores de control en las áreas más golpeadas por los incendios.