El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó que Bolivia enfrenta una situación financiera crítica, caracterizada por bajas reservas internacionales, financiamiento fiscal incierto y presiones en el mercado paralelo de divisas. En su informe de la Consulta del Artículo IV de 2024, el organismo recomendó una devaluación de la moneda y un ajuste fiscal gradual para estabilizar la economía y recuperar las reservas.
El FMI destacó que las actuales políticas económicas del país son insostenibles y advirtió que, de no corregirse, podrían derivar en un ajuste desordenado con graves consecuencias sociales y económicas. También señaló la importancia de fortalecer la red de seguridad social para proteger a los sectores más vulnerables ante el impacto inflacionario que podría generar el reajuste cambiario.
Déficit y presión sobre las reservas
El informe indica que el crecimiento económico de Bolivia se desaceleró al 2,5% en 2023 debido a la reducción de la producción de gas natural y la menor inversión pública. Para 2024, el FMI proyecta un crecimiento de solo 1,6%, manteniéndose en torno al 2,2% en el mediano plazo si las políticas actuales continúan sin cambios.
Las reservas internacionales del país están prácticamente agotadas, en un contexto de menor exportación de gas y alto gasto en subsidios a combustibles. A esto se suma un déficit fiscal financiado en gran medida por el Banco Central de Bolivia (BCB), lo que ha incrementado la deuda pública hasta el 84% del PIB a finales de 2023.
Riesgos y posibles soluciones
El FMI alertó que, sin acceso a financiamiento externo, Bolivia podría enfrentar un ajuste abrupto de su política fiscal y cambiaria. Además, factores externos como la volatilidad en los precios de materias primas y conflictos globales podrían agravar la situación económica del país. A nivel interno, una mayor inflación por escasez de divisas y una menor producción de hidrocarburos podrían afectar el crecimiento económico y la estabilidad financiera.
En este contexto, el FMI recomendó al gobierno boliviano levantar los límites a las tasas de interés, eliminar gradualmente los controles de precios y restricciones a las exportaciones, y fortalecer el marco regulador para incentivar la inversión en hidrocarburos y litio. También sugirió mejorar la gobernanza del BCB para avanzar hacia un régimen cambiario más flexible y reducir los riesgos de inestabilidad.