AP.- Una de las mayores refinerías de Brasil, que ha sido acusada de procesar oro procedente de minería ilegal en el corazón de la selva amazónica, ha perdido una importante certificación de la industria de la que dependen fabricantes globales, como Apple o Tesla, para evitar abusos en sus cadenas de suministro.
Una investigación de The Associated Press reveló en enero cómo Marsam, con sede en Sao Paulo, tenía lazos de titularidad y procesaba oro para una empresa intermediaria acusada por la fiscalía brasileña de comprar oro sucio de territorios indígenas y otras zonas protegidas.
Un exsocio de Marsam, Dirceu Frederico Sobrinho, ha sido una pieza clave de una reciente fiebre del oro en la Amazonía, y empleó una compañía separada bajo su control para comprar oro por valor de más de 2.000 millones de reales (388 millones de dólares) de mineros informales en 252 lugares.
La fiscalía federal presentó el año pasado una demanda civil contra la compañía, F.D’Gold, y otras dos firmas que compran oro, y les reclamaba 10.000 millones de reales en concepto de daños sociales y medioambientales.
Con esa demanda aún pendiente, la Iniciativa de Minerales Responsables (RMI, por sus siglas en inglés), retiró este mes con discreción a Marsam de una lista pública de fundiciones y refinerías que se considera siguen las mejores prácticas para obtener sus materias primas. El programa de certificación, que dirige una coalición de fabricantes con sede en Virginia, se formó tras la aprobación hace una década de una ley estadounidense que requería que las compañías hicieran público si empleaban minerales de conflicto que impulsaban la guerra civil en República Democrática del Congo.
André Nunes, consultor externo de Marsam, dijo que la firma apelaría la decisión de la iniciativa. Añadió que Marsam había realizado su propia auditoría de F.D’Gold y no había hallado ninguna irregularidad.
También advirtió que las acusaciones de minería ilegal contra el cliente de Marsam aún no se habían demostrado, y señaló que un juez había criticado a los fiscales en un reciente trámite del proceso judicial por no haber presentado pruebas suficientes que respaldaran su petición de suspender la actividad de la empresa mientras se concluía la investigación.
“Marsam entiende que fuimos diligentes e hicimos lo que estaba en nuestra mano”, dijo Nunes. “No vimos motivo para cortar nuestra relación con F.D’Gold y la judicatura corroboró esa decisión”.
La RMI declinó revelar sus hallazgos y dijo estar sujeta a acuerdos de confidencialidad para animar a las firmas a participar en su auditoría. Pero según sus estándares, las refinerías pueden ser eliminadas de su lista de compañías que “cumplen” por varios motivos, como no actuar con la diligencia debida cuando hay señales de alarma -cosa que también requiere la normativa interna de Marsam- o ignorar pruebas de que sus proveedores falsificaron los formularios obligatorios de declaración de origen, un problema rampante en las prospecciones amazónicas.
Más de 300 empresas que cotizan en bolsa incluyen a Marsam como proveedor en sus reportes de minería responsable, que deben presentar ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés). Las decisiones sobre proveedores se rigen por auditores independientes que evalúan las refinerías para asegurarse de que no contribuyen a grupos armados ilegales, violaciones de derechos humanos y delitos financieros. En este momento se considera que 98 refinerías cumplen los estándares de la iniciativa, la misma condición de la que disfrutaba Marsam desde 2017 y hasta su reciente retirada.
Marsam proporcionó el oro empleado en las medallas de los atletas victoriosos en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016, medallas que se presentaron como una victoria medioambiental porque se habían fabricado en parte con materiales reciclados y libres de mercurio.
Pero los críticos dicen que buena parte de la reputación de Marsam era inmerecida. Acusan a la compañía de blanquear su imagen y mostrarse como más sostenible de lo que realmente es al no indagar demasiado en el origen del material que obtiene de F.D’Gold. Marsam está codirigida por la hija de Dirceu, y él es muy conocido en Brasil.