AP.- Cientos de personas despidieron el viernes a Alexei Navalny en un funeral celebrado en Moscú bajo una fuerte presencia policial, luego de una disputa con las autoridades por la entrega de su cadáver tras su muerte, todavía no explicada, en una colonia penal en el Ártico.
Según sus seguidores, varias iglesias de Moscú se negaron a celebrar la misa por el hombre que luchó contra la corrupción oficial y organizó multitudinarias protestas que lo señalaron como el principal enemigo político del presidente del país, Vladímir Putin. Muchos líderes occidentales culparon al mandatario ruso de la muerte de su rival, una acusación rechazada por el Kremlin.
El equipo de Navalny obtuvo finalmente permiso en la Iglesia del Icono de la Madre de Dios Alivia mi Sufrimiento, que el viernes estaba rodeada de barreras para el control de multitudes. Horas antes del servicio, cientos de personas esperaban para entrar a la iglesia bajo la atenta mirada del numeroso dispositivo policial.
En la larga fila se pudo ver a diplomáticos occidentales y a los políticos locales Boris Nadezhdin y Yekaterina Duntsova. Ambos aspiraban a enfrentarse a Putin en las elecciones presidenciales que tendrán lugar a mediados de mes y se oponen a la guerra en Ucrania, pero sus candidaturas no fueron aprobadas.
Tras llegar en un coche fúnebre a la iglesia, el ataúd salió el vehículo entre aplausos y cánticos de “¡Navalny! ¡Navalny!”. Algunos gritaron “¡Tú no tenías miedo, nosotros tampoco!”.
Una foto tomada dentro del templo mostraba un ataúd abierto con el cadáver de Navalny cubierto de flores blancas y rojas, y a su madre sentada al lado sosteniendo una vela.
El padre del opositor también estaba presente, pero no estuvo claro quién más de su familia acudió.
Su viuda, Yulia Navalnaya, pronunció un discurso hace apenas dos días ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia. Su hija estudia en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, y se desconoce el paradero de su hijo.