El expresidente Evo Morales negó conocer al exdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, Maximiliano Dávila, quien actualmente enfrenta un proceso de extradición a Estados Unidos. Morales sostiene que las acusaciones que buscan vincularlo con el narcotráfico son infundadas y politizadas.
El político explicó que durante su mandato, las designaciones de altos mandos policiales se realizaban a través de ternas propuestas por el Comandante General. “En mi última gestión, pedí que los ministros revisaran las propuestas. No conocía al comandante Dávila hasta un evento en Chimoré, donde se presentó con una torta”, relató Morales en su programa en radio Kawsachun Coca.
El exmandatario criticó la solicitud de extradición de Dávila, calificándola de maniobra política por parte del gobierno actual de Luis Arce. Según Morales, la detención del exjefe antidrogas fue planificada en colaboración con la embajada de Estados Unidos en 2021. “Entre septiembre y octubre de ese año, Del Castillo solicitó reunirse con la encargada de negocios de la embajada estadounidense, Charisse Phillips, quien habría propuesto la detención de Dávila a cambio de una recompensa de 5 millones de dólares”, afirmó.
Morales también mencionó que, según sus fuentes, hubo reuniones con la DEA para preparar la captura de Dávila. “Cuando lo trasladaban a la cárcel en enero, Dávila gritó que todo era para perjudicarme”, aseguró.
Además, Morales afirmó que Dávila ha recibido presiones para implicarlo en actividades ilícitas a cambio de su libertad o una reducción de su condena. “Personas cercanas al coronel me informaron que algunos jueces le propusieron que, si hablaba contra mí, lo liberarían”, denunció el expresidente.
A pesar de las investigaciones, el jefe del MAS insiste en que no se ha encontrado evidencia de su conexión con Dávila. “Nunca lo llamé ni tuve contacto con él”, concluyó Morales, reiterando su rechazo a las acusaciones en su contra.