El expresidente y líder cocalero Evo Morales acusó este miércoles al Gobierno de haber “secuestrado” el Movimiento Al Socialismo (MAS) con el objetivo de proscribir su sigla y denunció la existencia de un supuesto “genocidio político” en curso. Sus declaraciones se producen luego de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) otorgara el control formal del partido al dirigente identificado con el ala oficialista, Grover García.
En una entrevista con la radio Kawsachun Coca, Morales afirmó que la decisión del TSE constituye un acto de “proscripción” política. “Lo que pasó ayer es un secuestro, una proscripción del MAS que llegará a un genocidio político”, denunció. Aunque aseguró que “el tema de la sigla es secundario”, advirtió que la medida podría tener graves consecuencias para la vigencia del partido en el escenario político nacional.
El trasfondo del conflicto interno
El conflicto en el MAS escaló luego de que la Sala Cuarta del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) validara, el pasado 14 de noviembre, el congreso realizado por el ala oficialista o “arcista” en El Alto. En dicho encuentro, Grover García fue elegido presidente del MAS, desconociendo así al congreso liderado por la facción “evista” en Lauca Ñ, donde Morales fue proclamado jefe y “candidato único” del partido.
El martes, el TSE reconoció oficialmente la resolución del TCP, otorgando a García el control formal del MAS. Para Morales, esta decisión es parte de un plan deliberado para debilitar al partido y eventualmente suprimirlo. Según explicó, el objetivo final sería impedir que el MAS alcance el 3% mínimo de votos requerido en elecciones para mantener su personería jurídica.
Acusaciones directas contra el Gobierno
Morales fue enfático en sus críticas hacia el presidente Luis Arce, a quien acusó, junto con su familia, de haber “robado desde la sigla del partido hasta los recursos del país”. Además, vinculó las acciones del Gobierno con supuestas injerencias externas. “El Gobierno coordina con el imperio el secuestro, proscripción y eliminación del MAS-IPSP”, sostuvo.
El exmandatario también trazó paralelismos históricos, aludiendo a lo que describió como intentos de exterminar movimientos indígenas. En ese sentido, calificó la situación actual como un “genocidio político”.
Implicaciones para el futuro del MAS
La pugna entre las facciones “evista” y “arcista” revela una crisis política que amenaza con debilitar al principal partido del oficialismo en un momento clave, de cara a las elecciones generales. Las denuncias de Morales también alimentan cuestionamientos sobre la imparcialidad y transparencia de las instituciones electorales del país.
Pese a las tensiones internas, Morales subrayó la importancia de preservar el “instrumento político” que representa el MAS. “Si no hubiéramos creado el MAS, quizá tendríamos una lucha armada. Pasamos de la lucha comunal a una lucha electoral”, reflexionó.
El desenlace de esta crisis determinará el futuro del MAS y su papel en el panorama político boliviano. Mientras tanto, el debate sobre el control del partido y la legitimidad de sus dirigentes continuará siendo un tema de alta sensibilidad política.