Un numeroso grupo de personas afines a Evo Morales irrumpió en el cuartel de la Novena División del Ejército en Villa Tunari, tras rodearlo y exigir acceso a vehículos y helicópteros, que presuntamente habrían participado en un supuesto atentado contra el líder cocalero en la localidad de Lauca Ñ. La tensión escaló cuando, tras superar los portones sin resistencia militar, los manifestantes extrajeron dos vagonetas, una roja y otra guinda, con la aparente intención de incendiarlas.
El incidente fue transmitido en vivo por redes sociales, donde algunos manifestantes proferían amenazas: “El Evo ha dicho que de aquí han salido para matarlo. Ahora van a ver, se tienen que ir de aquí”. En las imágenes, se observa a un grupo discutiendo si destruir los vehículos o preservarlos como evidencia para una eventual investigación.
El contexto de esta movilización fue una denuncia lanzada horas antes por Morales en radio Kawsachun Coca (RKC), donde aseguró que un grupo de encapuchados disparó catorce veces contra su vehículo. Morales y sus exministros, Carlos Romero y Juan Ramón Quintana, sostuvieron que el intento de asesinato fue orquestado por el presidente Luis Arce y la nueva cúpula militar. Aunque las acusaciones fueron tajantes, hasta el momento no se han presentado pruebas para respaldarlas.
Las transmisiones incluyeron declaraciones de una mujer que, desde TikTok, afirmaba que “estos son los vehículos que han disparado contra Evo”, sugiriendo la participación de los militares en el atentado. Por su parte, algunos manifestantes hallaron cartuchos de bala dentro de uno de los vehículos, los cuales mostraron como supuesta evidencia del ataque.
El hecho ha generado preocupación en la opinión pública, mientras persisten las tensiones dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS) entre los partidarios de Morales y el Gobierno nacional.