La marcha de seguidores de Evo Morales llegó este lunes al centro de La Paz, donde anunciaron una vigilia indefinida hasta que las autoridades atiendan su pliego de demandas.
“Nos vamos a quedar en vigilia hasta que nos reciban”, declaró Javier León, dirigente evista, frente a la Vicepresidencia, ubicada a dos cuadras de la plaza Murillo, epicentro del poder político en Bolivia.
En respuesta, los accesos al Palacio de Gobierno y a la Asamblea Legislativa permanecen cerrados para evitar el ingreso de los manifestantes.
La movilización comenzó el viernes en Patacamaya, sin la presencia del líder del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales. Los marchistas afirman que su protesta busca visibilizar la situación económica del país y exigir la liberación de Humberto Claros y Ramiro Cucho, detenidos preventivamente por su participación en bloqueos recientes en la ruta hacia Cochabamba.
El Gobierno, por su parte, sostiene que la marcha intenta frenar las investigaciones contra Morales, quien enfrenta acusaciones por un caso de trata de menores.
La vigilia en el corazón político de La Paz intensifica la tensión en un contexto de creciente división dentro del MAS y desafíos económicos que afectan a la población.