Los sectores evistas han rechazado acudir al diálogo convocado por el Gobierno y han lanzado una advertencia de intensificar los bloqueos en todo el país. Ponciano Santos, uno de los allegados a Evo Morales, confirmó en una conferencia de prensa desde Santa Cruz que no participarán en la reunión prevista para este lunes en La Paz, descalificando la convocatoria realizada por la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
“En los próximos días todo el país estará bloqueado, se los estoy diciendo”, advirtió Santos, subrayando que la convocatoria al diálogo no fue dirigida correctamente, ya que no fue Evo Morales quien impulsó los bloqueos, sino el “Estado Mayor del Pueblo”. El dirigente insistió en que cualquier intento de diálogo debe realizarse con ellos y no con Morales, quien se ha distanciado de ser el convocante directo de estas movilizaciones.
Santos también condicionó cualquier posibilidad de diálogo a que se cumplan una serie de exigencias, entre ellas la abrogación de ciertos decretos, de los cuales no especificó detalles, así como el cese de presuntos actos de corrupción y la anulación de procesos judiciales contra dirigentes del Chapare. Además, desafió al presidente Luis Arce a acudir a un “punto de bloqueo” para dialogar, acusándolo de ser cobarde si no accede a esta petición.
El Gobierno, por su parte, había intentado abrir un espacio de negociación la noche del domingo. La ministra Prada convocó al expresidente Evo Morales a una reunión en el Ministerio de Economía con la presencia del presidente Luis Arce para abordar las demandas presentadas por el sector, advirtiendo que los bloqueos afectarían gravemente a la economía y al bienestar del pueblo boliviano.
“Si le interesa la economía, venga al diálogo y suspenda el bloqueo, que lo que hará es provocar desabastecimiento, obstaculizar vías y el libre tránsito del pueblo boliviano”, expresó Prada, haciendo un llamado a evitar un conflicto mayor.
Con la amenaza de que las protestas y bloqueos se extiendan, la situación podría escalar rápidamente, afectando tanto la economía como el transporte de bienes y personas en el país. La negativa del evismo a dialogar bajo los términos propuestos por el Gobierno incrementa la tensión política y social, dejando en suspenso la posibilidad de una resolución pacífica a corto plazo.