RFI.- El clima en Europa se ha calentado 2,3 grados en comparación con la era preindustrial (1850-1900), al doble del ritmo de la media mundial (1,2 grados) desde la década de 1980, según anunciaron este lunes la ONU y el programa europeo Copérnico.
“Europa es la región del mundo que se está calentando más rápido”, alertó el profesor Petteri Taalas, secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), citado en un informe publicado por la ONU y el programa europeo Copérnico este lunes.
En la mayoría de Europa “las elevadas temperaturas exacerbaron las sequías intensas y violentas, alimentadas por violentos incendios forestales, responsables de la segunda superficie quemada medida hasta la fecha en el continente”, indicó Taalas.
Estos desarreglos climáticos que están provocando fenómenos extremos afectaron en 2022 directamente a 156.000 personas y causaron 16.350 muertes, debidas casi en su totalidad a las olas de calor, según la OMM.
Desde 1980, las catástrofes meteorológicas (olas de calor, inundaciones, etc.) han causado la muerte de 195.000 personas, según anunció la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
El año pasado se registraron menos daños económicos, 2.000 millones de dólares, si lo comparamos con el 2021 cuando hubo una serie de inundaciones excepcionales que causaron unos destrozos por un valor de 50.000 millones de dólares.
El 2022 se caracterizó por la sequía, el termómetro subió mucho y las temperaturas fueron inferiores a lo normal en toda Europa. Especialmente preocupante es la situación en España y también en Francia.
“Se trata del cuarto año consecutivo de sequía en la Península Ibérica y del tercero en las regiones montañosas de los Alpes y los Pirineos”, aseguran en el informe. Francia sufrió la peor sequía que se recuerda desde 1976 entre enero y septiembre, y en el Reino Unido fue el periodo más seco entre enero y agosto.
Desde 1997 los glaciares europeos han perdido unos 880 km3 de hielo. Los glaciares alpinos sufrieron “una pérdida de masa récord en un año, a causa de unas precipitaciones de nieve muy escasas durante el invierno, un verano muy cálido y la llegada de polvo sahariano”. La temperatura media en la superficie del mar en el Atlántico norte fue la más cálida registrada históricamente.
Los expertos aseguran que no estamos ante “una anomalía climática”. El año “se inscribe en una tendencia que convertirá en más frecuentes e intensos los episodios extremos de estrés térmico”, afirma Carlo Buontempo, director del Observatorio del cambio climático Copérnico (C3S) de la Unión Europea (UE).
El único dato esperanzador en este sombrío informe son la energía solar y eólica, que, en conjunto, por primera vez, produjeron más electricidad (22,3%) que el gas de origen fósil (20%) y el carbón (16%).