La Empresa Nacional de Electricidad (ENDE Corporación) constituyó hace cinco años ENDE Transmisión Argentina S.A. (Etasa), como un agente del mercado eléctrico mayorista en el vecino país.
La firma tiene a su cargo la operación y mantenimiento de la línea de interconexión eléctrica Juana Azurduy de Padilla, en el tramo de la frontera boliviana hasta la subestación Tartagal, en Argentina.
Etasa fue constituida en enero de 2018 con el objeto de prestar el servicio público de transporte de energía eléctrica de interconexión internacional entre el Nodo Frontera Bolivia – Argentina y la Estación Transformadora Tartagal, ubicada en la Provincia de Salta.
La nueva filial de ENDE trabajó en la construcción de la línea de transmisión en el lado argentino con una extensión de 73,88 kilómetros (km) en 132 kilovatios (kV) desde el Nodo Frontera (Bolivia) hasta Tartagal (Argentina), recorriendo tramos en el área rural y urbana.
Además, incluyó la ampliación de la Estación Transformadora Tartagal con una bahía para la entrada de la línea procedente de Bolivia.
“De esta manera, ENDE ahora es una empresa internacional y con los proyectos de integración energética con países vecinos, existe la apertura para que la estatal eléctrica amplíe sus operaciones a países como Brasil, Perú o Chile”, refiere un reporte de ENDE Corporación.
Bolivia inició el 14 de marzo la exportación de 60 megavatios (MW) de energía eléctrica al norte de Argentina, a través de la línea de interconexión Juana Azurduy de Padilla.
La interconexión eléctrica Bolivia – Argentina tiene una línea de transmisión en 132 kV de 120 km de longitud (46,49 km en Bolivia y 73,88 km en Argentina) que une la Subestación Yaguacua en el territorio boliviano y la Subestación Tartagal en el territorio argentino, permitiendo el transporte de energía eléctrica con una potencia estimada de 120 MW.