Agencias.- El volcán Mauna Loa, situado en la isla de Hawái, ha entrado en erupción por primera vez desde 1984. Se trata del volcán más grande en términos de superficie y volumen de la Tierra y cubre la mitad de la isla de Hawái.
Por el momento, los flujos de lava actualmente permanecen dentro del perímetro de la caldera y no representan un peligro para la población.
Mauna Loa -que significa montaña larga- es uno de los cinco volcanes, junto al Kohala, el Hualalai, Mauna Kea y Kilauea, que forman parte de esta isla. Mauna Loa es el segundo volcán más joven de los cinco.
Se trata de un volcán activo que entró en erupción por última vez en 1984. Es considerado el volcán más grande de la Tierra, con una superficie de 5271 km2 y una anchura máxima de 120 km2. Al norte de sus crestas distintivas ennegrecidas aparece el volcán Mauna Kea, 34 metros más alto, un volcán extinguido cuyas crestas albergan algunos de los principales observatorios astronómicos del mundo.
La cumbre del Mauna Loa se encuentra a 4.169 metros sobre el nivel del mar, y se extiende a otros cinco kilómetros bajo el mar. Si se suman las extensas laderas submarinas del volcán Mauna Loa y su altura subaérea, es mayor que los 8.848 metros del Everest, medidos desde el nivel del mar hasta su punto más alto. Su volumen de 75.000 kilómetros cúbicos deprime el lecho marino adyacente otros 6 kilómetros.
La erupción más reciente del Mauna Loa se produjo del 24 de marzo hasta el 15 de abril de 1984. Si bien esa erupción no provocó ni muertos ni grandes destrucciones, las de 1926 y 1950 los flujos de lava destruyeron varias aldeas. La peor erupción de este volcán fue en 1868, coincidiendo con el gran terremoto de Hawái de ese mismo año, con una magnitud de 8, que causó la muerte de 77 personas.
Mauna Loa ha sido designado como uno de los Volcanes de la Década, es decir, es uno de los 16 volcanes identificados por la Asociación Internacional de Vulcanología y Química del Interior de la Tierra (IAVCEI) como dignos de estudios especiales por su historia de grandes erupciones destructivas y los riegos que ponen por su proximidad a zonas pobladas.