La localidad de Santa Ana de Velasco, en la región de San Ignacio de Velasco, Santa Cruz, enfrenta una grave amenaza debido a un incendio descontrolado que, tras varias semanas de avance, no solo pone en peligro a las comunidades rurales, sino también a la zona urbana de la región. La situación se ha vuelto crítica, con el fuego acercándose a solo 3 kilómetros del pueblo, impulsado por vientos erráticos y temperaturas extremas que azotan la Chiquitania, según el reporte del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi).
Adalid Poquiviquí, profesor de la Fundación Flades y maestro de capilla en Santa Ana de Velasco, describió con preocupación cómo el fuego ha sorprendido a los equipos de control en varias ocasiones debido a los repentinos cambios de dirección del viento. “Estamos tratando de que el incendio no llegue al pueblo porque va a ser incontrolable. Hoy día hemos sufrido unos ventarrones bastante fuertes que nos sorprendieron mientras intentábamos controlar las llamas”, comentó Poquiviquí, reflejando el temor que se vive en la comunidad.
A la amenaza directa del fuego se suma el deterioro de la salud de más de 150 familias que llevan días respirando humo, afectando gravemente a los niños y niñas de la localidad. La alerta naranja vigente en la región, declarada por el Senamhi, agrava aún más la situación al facilitar la propagación del incendio.
Pese a los esfuerzos conjuntos de comunarios, dueños de estancias, trabajadores y militares, la magnitud del incendio supera los recursos locales. “Estamos esperando ayuda de la Gobernación. Necesitamos cisternas, agua y equipos. La gente está exhausta por el humo, pero seguimos luchando”, señaló Poquiviquí, evidenciando la urgencia de la situación.
Flades ha comenzado a enviar dos tanques de agua de 2.000 litros, medicamentos y mochilas para apoyar a los afectados, mientras que se espera que también llegue ayuda de los municipios vecinos, que enfrentan amenazas similares. Sin embargo, la desesperación crece, ya que una esperada llovizna en San Ignacio de Velasco el lunes no alcanzó a Santa Ana, dejando a las familias afectadas con la esperanza de que los refuerzos prometidos lleguen a tiempo para evitar una tragedia mayor.
La comunidad de Santa Ana de Velasco se encuentra en una carrera contra el tiempo, luchando por proteger sus hogares y sus vidas en medio de un panorama cada vez más sombrío.