National Geographic.- El tomate es una de las hortalizas más consumidas del mundo. Se utiliza en ensaladas, sopas, salsas… e incluso algunas expresiones populares tienen su fundamento en el rojizo color de los tomates. Sin embargo, en el futuro no solo podremos encontrar tomates colorados en el supermercado, sino que también existirán los morados. De momento, así será en Estados Unidos. En el país americano, su Departamento de Agricultura, a través del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal ha aprobado una regulación que permitirá al consumidor estadounidense tanto comprar semillas como cultivar el llamado Big Purple Tomato, un curioso tomate transgénico de color morado desarrollado por la empresa Norfolk Plant Sciences.
A pesar de lo simples que parecen, los tomates tienen alrededor de 30.000 genes. De manera natural producen producen antocianinas en las hojas y el tallo. Este compuesto presente en algunas plantas, cumplen diversas funciones como la protección frente a la radiación solar o conseguir atraer a diversos insectos polinizadores. Sin embargo, este compuesto no está presente en los clásicos tomates rojos. Esta es la principal diferencia que presenta el Big Purple Tomato, el cual ha sido diseñado con dos genes adicionales de la especie boca de dragón (Antirrhinum majus), que activan la producción de las antocianinas del tomate en el fruto, lo que finalmente le ha conferido su llamativo color morado.
Propiedades de las antocianinas
El consumo de antocianinas, que se encuentran de forma natural en muchos alimentos como los arándanos y la col roja, se ha asociado con la protección contra una amplia gama de enfermedades humanas, tal y como señalaron los desarrolladores de este nuevo tomate en un estudio publicado en la revista especializada Nature Biotechnology. De hecho, según comprobaron en dicha investigación, tras alimentar a ratones con una dieta suplementada con antocianinas, lograron que aumentar su esperanza de vida un 30 % respecto a la media.
Si bien este nuevo tomate tiene diez veces más volumen de antocianinas, el estudio se ha realizado en ratones, lo que invita a la cautela de cara a comprobar si dichos beneficios son equiparables en los seres humanos. Es más que probable que esta nueva especie sea objeto de estudio de cara a conocer si esta nueva concentración de antocianinas trae aparejados ciertos beneficios adicionales en el ser humano.
Resistencia a los transgénicos
Los tomates transgénicos existen desde hace décadas, pero a menudo se han encontrado tanto con trabas legislativas a la hora de comercializarse, así como una cierta desconfianza de los consumidores muchas veces asociada al desconocimiento de la técnica genética. En la década de 1990, apareció el Flavr Savr, un tomate que había sido modificado genéticamente para tener una vida útil más larga, una mayor resistencia a los hongos y una textura ligeramente diferente. Sin embargo, a pesar de aprobarse su consumo en 1994 y tras comprobarse que era tan seguro como los tomates cultivados por medios convencionales, fue un fracaso comercial y su producción se detuvo en 1997.
Más de un cuarto de siglo más tarde, habrá que comprobar si el consumidor estadounidense está dispuesto a servir en su mesa el nuevo Big Purple Tomato. Si es así, quizá pronto podamos consumirlo en el resto del mundo.