En un giro significativo dentro del panorama económico boliviano, el precio del dólar estadounidense ha comenzado a mostrar una tendencia descendente en las principales ciudades del país, como La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Tarija. Este fenómeno ha captado la atención de mercados financieros y del ámbito político, con diversas interpretaciones sobre sus causas y posibles repercusiones.
De acuerdo con un reciente sondeo, los librecambistas señalan que esta baja en el precio del dólar se debe a una disminución en la demanda de la divisa estadounidense. Sin embargo, esta explicación local se complementa con un análisis más amplio presentado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Gobierno boliviano. Desde julio, ambas entidades han indicado que el superávit comercial del país podría estar facilitando una mayor disponibilidad del dólar en el mercado interno, lo que contribuye a la caída de su precio.
Desde el pasado miércoles, el tipo de cambio del dólar ha mostrado una marcada tendencia a la baja. A principios de mes, el precio de compra de la divisa rondaba los Bs 15, mientras que en la actualidad oscila entre Bs 10 y Bs 12,80. Esta variabilidad no solo refleja las condiciones del mercado local, sino también las expectativas generadas por los recientes avances en el comercio exterior del país.
En La Paz, particularmente en la zona del Obelisco, los librecambistas ofrecen el dólar a precios que varían entre Bs 13,40 y Bs 13,90, sosteniendo que la divisa se mantiene en torno a Bs 14 en ese mercado específico. Mientras tanto, en Cochabamba, Tarija y Santa Cruz, los precios de venta del dólar muestran disparidades, situándose en Bs 10, Bs 13, y entre Bs 12,80 y Bs 13,50, respectivamente.
Este descenso en el precio del dólar coincide con una serie de superávits comerciales consecutivos. En mayo de este año, Bolivia registró un superávit de casi $us 68 millones, impulsado principalmente por las exportaciones de derivados de soya y zinc. Este fue el segundo mes consecutivo con un balance positivo en la balanza comercial, marcando un hito en la capacidad del país para vender más de lo que compra en el mercado internacional.
En declaraciones realizadas en julio, Humberto Arandia, director del INE, afirmó que el superávit de mayo podría traducirse en una mayor disponibilidad de dólares en la economía nacional “en el corto y mediano plazo”. Esta perspectiva fue respaldada por David Guachalla, viceministro de Planificación y Coordinación, quien pronosticó que la mejora en la balanza comercial se reflejaría en un incremento de dólares circulantes en el país en las semanas siguientes.
El pasado lunes, el INE reportó un tercer mes consecutivo de saldo positivo en la balanza comercial, alcanzando los $us 155 millones en junio. Este desempeño, nuevamente impulsado por las exportaciones de productos no tradicionales, refuerza la expectativa de una mayor disponibilidad de dólares en la economía nacional.
La evolución del tipo de cambio y el superávit comercial continuarán siendo observados de cerca en las próximas semanas, dado que ambos factores son clave para la estabilidad económica del país. Los actores del mercado y los responsables de la política económica permanecen atentos a estas tendencias, conscientes de que podrían tener implicaciones significativas para el futuro económico de Bolivia.