El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, afirmó que su principal prioridad es evitar enfrentamientos violentos durante el operativo destinado a la aprehensión del expresidente Evo Morales, declarado rebelde en un caso de trata de personas. La declaración se emitió en un clima de alta tensión, dado que Morales se encuentra refugiado en el Trópico de Cochabamba, donde sus seguidores han advertido que no permitirán su captura.
Según Del Castillo, el exmandatario ha consolidado una “fortaleza” en la región, respaldado por dirigentes, comunarios y simpatizantes que lo resguardan. Voceros cercanos a Morales declararon que cualquier intento de intervención enfrentaría una resistencia de más de mil personas. “(Morales) quiere heridos, quiere muertos, para que luego acuse al Gobierno y a la Policía de masacrar campesinos, mujeres e indígenas”, afirmó el ministro, alertando sobre las posibles consecuencias de un operativo fallido.
Del Castillo también anunció que se iniciarán procesos legales contra quienes estén protegiendo al exmandatario, calificando estas acciones como obstrucción a la Justicia. “Lo que busca es generar caos y convulsiones en todo el territorio nacional. Está promoviendo enfrentamientos”, señaló, citando informes de Inteligencia que destacan la complejidad y gravedad de la situación.
La Justicia boliviana declaró a Morales en rebeldía el pasado 17 de enero tras su incomparecencia ante la Fiscalía de Tarija. En consecuencia, se ordenó la anotación preventiva de sus bienes y su arraigo. Aunque la orden de aprehensión sigue vigente, el Gobierno subrayó que tomará todas las medidas necesarias para evitar incidentes violentos.
La situación trasciende el caso judicial, exponiendo tensiones políticas y sociales que persisten en Bolivia. La región del Trópico de Cochabamba se perfila como un enclave de oposición abierta al Gobierno, con el potencial de desencadenar enfrentamientos de impacto nacional. Las autoridades enfrentan el desafío de equilibrar el cumplimiento de la ley con la necesidad de preservar la paz en una coyuntura altamente volátil.