EFE.- Las recurrentes demoras e incidentes con los aviones de la aerolínea estatal Boliviana de Aviación (BoA) derivaron en una creciente protesta de sectores privados y usuarios ante lo que consideran un monopolio “de facto” del Estado en la aviación comercial doméstica, algo que el Gobierno de Luis Arce niega.
El incidente más reciente ocurrió el lunes, cuando un vuelo desde la región central de Cochabamba hacia la oriental Santa Cruz se canceló por un problema en uno de los motores del avión, aparentemente por un riesgo de incendio, lo que obligó a evacuar a los pasajeros mediante los toboganes de la aeronave.
Además, hay muchas quejas de los usuarios de BoA por demoras o cancelaciones de vuelos, pérdidas de equipaje, aviones que no llegan a despegar por fallas técnicas o aterrizajes turbulentos.
El suceso reciente avivó la demanda de una política de “cielos abiertos” hecha hace meses por los operadores de turismo y ahora también por la Cámara Nacional de Industrias (CNI).
La CNI pidió recientemente que “a la brevedad posible se apruebe” esta política aeronáutica porque este año Bolivia celebra el bicentenario de su independencia y “se abre la oportunidad” de ser un destino turístico con la posibilidad de generar unos 4.000 millones de dólares anuales.
Consideraron “indispensable” respetar las “nueve libertades del derecho aeronáutico” y fortalecer a los 58 aeropuertos del país.
También demandaron la “flexibilización del ingreso de aerolíneas internacionales” y nacionales, mediante la eliminación de “restricciones tarifarias” y la agilización de los procesos administrativos para fomentar la “competitividad”.
Versión gubernamental
El Gobierno de Luis Arce aseguró hace unos días que no está “generando o promoviendo ningún tipo de monopolio” en el sector aeronáutico comercial.
El jefe de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), José Iván García, dijo a los medios que el Estado está obligado a “promover la conectividad” aérea y que BoA se creó “en ausencia de inversiones privadas”.
La aerolínea estatal fue creada en 2007 y empezó a funcionar en 2009 durante el Gobierno de Evo Morales (2006-2019), cuando en el país operaban las privadas Aerosur y Amaszonas, desaparecidas en 2012 y 2023, respectivamente.
Según García, actualmente BoA tiene doce aeronaves en operación y siete en mantenimiento, y transporta al 85 % de los pasajeros de vuelos domésticos y al 47 % en las rutas internacionales.
También aseguró que “no hay ningún sesgo ni limitación” para operar en Bolivia y defendió que el país tiene 17 convenios bilaterales y dos multilaterales para el intercambio de pasajeros y mercaderías “en condiciones favorables”.
El funcionario insistió en que no hay monopolio porque en el mercado doméstico, además de BoA, operan la aerolínea privada de bajo costo Ecojet, que tiene una cobertura más limitada que la estatal, y las dos dependientes del Ministerio de Defensa, Tamep y Transportes Aéreos Bolivianos, ésta última únicamente para el transporte de carga.
Además, hay otras once aerolíneas internacionales, aunque operan mayormente en Santa Cruz, y solo dos, Avianca y Latam, llegan a La Paz.
Juez y parte
Por el incidente reciente, la senadora Centa Rek, de la fuerza opositora Creemos, envió una carta a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para denunciar el “grave deterioro de la aviación comercial” en Bolivia por el “monopolio de facto” de BoA.
Rek explicó a EFE que acudió a la OACI y a la estadounidense Administradora Federal de Aviación (FAA en inglés) buscando salir de lo que considera una “situación intestina” porque la administración, regulación y fiscalización del sector aeronáutico se concentran en el Gobierno nacional.
“La prueba es que hasta el momento las fiscalizaciones (a BoA) siempre salen favorables y no se solucionan los problemas, sino que se incrementan, vamos in crescendo con todas las dificultades y los riesgos que corren los usuarios”, alertó.
La parlamentaria remarcó que es necesario “que se abran los cielos para otras empresas, que exista la libre competencia”, porque si el usuario “no tiene opción, tiene que aceptar las condiciones que sea”.
Rek sostuvo que sí hay un monopolio estatal porque Ecojet “no tiene ninguna incidencia” y las autoridades “destruyeron” a las aerolíneas privadas para quedarse con las rutas “más rentables”.