AFP.- La mesa de la Asamblea Nacional (cámara baja) francesa aceptó este martes debatir una propuesta para destituir al presidente Emmanuel Macron por negarse a nombrar a la candidata a primera ministra de la coalición de izquierda ganadora de los últimos comicios legislativos.
El rechazo de Macron a designar a la economista Lucia Castets, propuesta por el Nuevo Frente Popular (NPF), es una «violación grave del deber de respetar la voluntad expresada por el sufragio universal», reza la iniciativa aprobada.
El inicio del trámite parlamentario de la propuesta, presentada principalmente por el partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), consiguió el apoyo del resto de miembros del NFP en la mesa de la Asamblea Nacional, según varias fuentes.
«Es un evento inédito en la historia de la Quinta República», celebró la líder parlamentaria de LFI, Mathilde Panot. Sin embargo, es complicado que se apruebe la destitución de Macron, ya que se necesita una mayoría de dos tercios.
La mesa, el órgano rector de la cámara baja, ya validó esta primera etapa por 12 votos contra 10, según el jefe del grupo Unión de Derechas Éric Ciotti, quien sea alió con la líder ultraderechista Marine Le Pen en las legislativas anticipadas en junio.
Estos comicios, convocados por el presidente de manera inesperada tres años antes de lo previsto, dejaron una Asamblea dividida en tres principales bloques –izquierda, la alianza centroderechista de Macron y extrema derecha–, todos ellos lejos de la mayoría absoluta de 289 diputados.
Aunque el NFP ganó los comicios con 193 diputados, Macron encargó formar gobierno al veterano político Michel Barnier, miembro del partido de derecha Los Republicanos (47 diputados), al considerar que tenía más posibilidades de superar una moción de censura.
La comisión de Leyes, donde la izquierda no es mayoritaria, debe debatir ahora la propuesta, antes de que llegue al pleno de la cámara baja.
El líder parlamentario del partido de Macron, Gabriel Attal, calificó la propuesta de declaración de guerra contra las instituciones», mientras que Le Pen la consideró una «cortina de humo» de la «extrema izquierda» para esconder sus supuestos compromisos con el oficialismo.