La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) cerró hasta julio de este año un total de 28 minas que operaban en el área prohibida de la cota 4.400 de del Cerro Rico de Potosí.
Se tapiaron más del 30% de las bocaminas y espera inhabilitar al 100% en la cúspide del macizo rocoso en plazos y tiempos progresivos, de acuerdo a la estrategia que puso en marcha la empresa en coordinación con las cooperativas mineras de Potosí.
Este cierre se efectuó en el marco del plan de migración sistemática y progresiva a corto, mediano y largo plazo.
En 2022 existían 56 bocaminas sobre la cota 4.400 del macizo rocoso y fueron cerradas 16 minas que estaban abandonadas y con riesgo de habilitarse en cualquier momento para explotar minerales.
De las 40 secciones que se encontraban aún activas en la cúspide del Cerro Rico, al primer semestre de este año, se tapiaron otras 12 bocaminas de forma definitiva, con lo que hasta ahora fueron cerradas 28.
Quedan otras 28 bocaminas para ser tapiadas, un proceso que sigue en marcha.
Bajo el principio de concertación y diálogo para evitar conflictos sociales innecesarios, la gerencia de la empresa en Potosí socializa la información técnica y legal con los operadores para coordinar acciones orientadas a migrar actividades extractivas de la cota 4.400.
Las bocaminas de propiedad de las cooperativas firmaron compromisos de migración a nuevas áreas pre establecidas entre la Comibol y los operadores.
Los mineros asumieron conciencia para abandonar la cota 4.400 en cumplimiento a una sentencia constitucional que dispuso realizar los máximos esfuerzos al Ministerio de Minería y la Comibol para conservar el Cerro Rico como patrimonio cultural de la humanidad, señaló el reporte de la institución.
La Sala Constitucional Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Potosí resolvió el año pasado que la Comibol debe migrar a las cooperativas mineras autorizadas a secciones que no sobrepasen la cota 4.400 del Cerro Rico de Potosí, según señala un reporte de la agencia ABI.