La Cámara Forestal de Bolivia (CFB) se pronunció sobre los incendios y chaqueos que se registran desde hace un par de semanas en diferentes municipios del país.
Las zonas forestales de la Chiquitania, sur de El Chore, sur del Beni, norte de La Paz y Pando son los más afectados por incendios, avasallamientos y deforestación. La otorgación de las tierras bajo derecho forestal a pueblos indígenas o empresas privadas es una alternativa práctica y efectiva contra los incendios, ya que se convierten en guardianes de los bosques. Solo 2 millones de hectáreas están bajo derecho forestal empresarial de los 28 millones que fueron destinadas para la producción forestal.
Ante el informe de que Bolivia se encuentra en el segundo lugar, a nivel mundial, de países con más focos de calor, número que asciende a 1.039, afectando en su mayoría a los bosques, según el monitoreo satelital de la ONG ecologista Greenpeace, la Cámara Forestal de Bolivia, afirmó que las soluciones inmediatas para combatir los incendios, es la aplicación de la Constitución Política del Estado y el respeto al Plan de Uso de Suelo (PLUS), además de la extensión del manejo sustentable en otras áreas de vocación forestal, estrategia usada por el sector forestal para conservar el medio ambiente.
Los incendios afectan a las áreas bajo derecho forestal tanto empresariales como de los pueblos indígenas destruyendo absolutamente todo a su paso. Este 2023, la zona de la Chiquitania y la Reserva Forestal de El Chore en el departamento de Santa Cruz son las más amenazadas, seguido por la zona sur oriental del Beni, norte de La Paz y Pando, que también son víctimas de los avasallamientos y deforestación.
“La Constitución es clara y contundente cuando establece que el suelo tiene que ser usado en función de su capacidad de uso mayor en concordancia con el PLUS, sin embargo, existen normativas que promueven la ocupación y han facilitado el acceso de determinados actores, especialmente de interculturales, a las tierras frágiles de vocación forestal permitiéndoles el asentamiento y deforestación con fines de uso agropecuario u ocupación geopolítica del territorio. “Si esto continua vamos a sufrir año tras año el proceso de destrucción de las tierras forestales”, enfatizó Jorge Ávila, Gerente General de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB).
La otorgación de las tierras bajo derecho forestal, ya sea a pueblos indígenas o empresas privadas, para la producción de madera y productos derivados forestales de manera sustentable, es una alternativa práctica contra los incendios y con grandes beneficios socioeconimos para el país.
“La finalidad es que estos actores se conviertan en los mejores guardianes de los bosques contra la deforestación, chaqueos y quemas. En la zona de la Chiquitania y Guarayos, por ejemplo, las empresas madereras asociadas a la CFB, están generando acciones sin medir gastos, para proteger sus áreas de los incendios y avasallamientos de interculturales”, dijo el ejecutivo.
El manejo forestal sustentable es la mejor solución que existe para conservar los bosques. Esta estrategia contribuye con el principal beneficio que es de orden ecológico, y que si su desarrollo fuera normal y respaldado por el Estado con seguridad que existieran mayores resultados positivos de ámbito social y económicos para el pueblo boliviano.
En la actualidad, existen varias empresas asociadas que han culminado su ciclo de corta de 20 hasta 25 años, teniendo resultados como el incremento volumétrico de madera y la biodiversidad que se encuentra en perfecto estado sin ningún tipo de inconvenientes. “Este es el modelo sustentable que se debe realizar para conservar los bosques y garantizar los servicios ambientales como; la absorción de gases de efecto invernadero, mejoramiento de la calidad del aire, regulación de clima, almacenamiento y retención de agua, humedad, conservación de las diferentes especies de árboles, polinización, mayor vegetación e incremento de la biodiversidad”, indicó el representante de la CFB.
Actualmente, solo 2 millones de hectáreas están bajo derecho forestal empresarial, es decir que cuentan con Autorizaciones Transitorias Especiales (ATE) otorgadas por el Estado, de los 28 millones de hectáreas que fueron destinadas exclusivamente para la producción forestal en todo Bolivia.
Finalmente, Ávila, aseveró rotundamente que, si no se aplican medidas inmediatas, por las autoridades correspondientes, a corto y largo plazo, los bosques desaparecerán generando un perjuicio ecológico incalculable ya que incide directamente en los ciclos del clima como lluvia y sequía. “Estamos comenzando a vivir en los extremos del clima (sequías e inundaciones), los avasallamientos, la deforestación y los incendios son las principales causas, es hora de asumir estos problemas con mayor responsabilidad”, concluyó Ávila.