La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) ha confirmado que camiones brasileños están utilizando placas bolivianas para contrabandear diésel, un combustible subsidiado en Bolivia, con destino a Brasil, donde su precio triplica el valor local. Este fenómeno se registra especialmente en la frontera entre ambos países, donde las estaciones de servicio bolivianas están viendo un aumento de vehículos que compran combustible, generando largas filas.
Una investigación periodística reveló que los camiones brasileños adquieren el diésel en Bolivia y lo revenden en su país, obteniendo importantes márgenes de ganancia. En Puerto Quijarro, por ejemplo, algunos camiones compran hasta cinco veces al día.
Carlos Cordero, responsable de operaciones de la ANH, admitió en entrevista con Unitel el uso de placas bolivianas para este contrabando y aseguró que se están realizando esfuerzos para controlar la situación en las zonas fronterizas, con el apoyo de las Fuerzas Armadas. No obstante, los operativos no siempre son efectivos, ya que se han detectado vehículos con placas bolivianas que, en realidad, pertenecen a Brasil.
En los últimos meses más de 1,4 millones de litros de combustible han sido decomisados en la frontera, y solo en el último trimestre se han confiscado más de 100 vehículos en Cochabamba relacionados con este ilícito. Además, se ha denunciado el uso de vehículos indocumentados, conocidos como “chutos”, para cargar el combustible y facilitar el contrabando.
A pesar de los esfuerzos por frenar estas prácticas, los transportistas siguen utilizando métodos como los llamados “picos blancos” para desviar el combustible hacia el mercado negro. Los controles se han intensificado, pero algunos dirigentes cívicos advierten que mientras persista la subvención al diésel, los contrabandistas seguirán aprovechándose de la diferencia de precios entre ambos países.
Cordero señaló que, aunque se están implementando medidas adicionales en diversas regiones del país, la magnitud del problema dificulta su control total.