La cifra de personas detenidas por la intentona golpista del pasado miércoles ha aumentado a 21, según el último informe del Ministerio de Gobierno. Entre los aprehendidos se encuentran los excomandantes de las tres fuerzas armadas de Bolivia, quienes ahora se encuentran en celdas policiales.
El excomandante del Ejército, general Juan José Zúñiga, y el excomandante de la Armada Boliviana, vicealmirante Juan Arnez, fueron los primeros en ser capturados en el operativo de seguridad. Posteriormente, se sumó la aprehensión del excomandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), Marcelo Zegarra.
Esta mañana, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, confirmó la detención de otras cuatro personas, elevando el total a 21. Los últimos detenidos incluyen a un capitán que se encontraba dentro de un vehículo militar y a dos sargentos que conducían tanquetas. Una de estas tanquetas impactó contra la puerta de Palacio Quemado, mientras que la otra albergaba a los tres excomandantes militares.
“Estas 21 personas no han trabajado de manera unilateral. Hemos logrado evidenciar que gente que ha participado en el golpe de Estado de la gestión 2019 ha tenido contacto con Juan José Zúñiga días previos y el día del pasado 26 de junio”, declaró Del Castillo en una conferencia de prensa.
El excomandante de la Fuerza Aérea Boliviana, Marcelo Zegarra, se presentó voluntariamente ante la Fiscalía para prestar su declaración. Sin embargo, tras su testimonio, fue inmediatamente aprehendido por las autoridades.
El Gobierno asegura que continuará investigando para determinar la totalidad de implicados en esta sublevación militar que, según las autoridades, tenía como objetivo derrocar al presidente Luis Arce. La situación sigue siendo tensa en el país, y las fuerzas de seguridad permanecen en alerta máxima para evitar cualquier nuevo intento de desestabilización.
Las aprehensiones de altos mandos militares subrayan la gravedad de la situación y el compromiso del gobierno en mantener el orden constitucional. La población y la comunidad internacional observan atentamente el desarrollo de estos acontecimientos, que podrían tener repercusiones significativas para la estabilidad política de Bolivia.