Las autoridades uruguayas buscan a un grupo de narcotraficantes bolivianos implicados en el secuestro y tortura de una joven en Montevideo, en un caso vinculado a una fallida operación de tráfico de drogas valorada en medio millón de dólares. El incidente, que pone en evidencia las tensiones dentro de redes criminales transnacionales, ha generado alarma por la violencia empleada.
En enero, un cargamento de 400 kilos de cocaína procedente de Bolivia fue incautado por las autoridades uruguayas. Pese al decomiso, los narcotraficantes bolivianos exigieron el pago por la droga, desencadenando una serie de amenazas contra el destinatario uruguayo, quien debía recibirla. Presionado por la situación, este hombre ordenó a su pareja que reuniera el dinero, pero que no lo entregara sin su autorización.
La mujer logró reunir los 500.000 dólares exigidos y los guardó en maletas, temiendo represalias. Para evitar riesgos, dejó el dinero en la casa de una amiga. Sin embargo, días después, cinco narcotraficantes bolivianos irrumpieron en la vivienda de un joven de 22 años, donde las maletas habían sido trasladadas. Al no encontrar el dinero, secuestraron a la mujer.
La joven fue retenida durante 24 horas. Fue encontrada atada de pies y manos, con múltiples heridas, lo que indica que fue sometida a tortura. No obstante, los secuestradores no pidieron rescate ni otra condición, lo que sugiere que obtuvieron información que consideraron suficiente.
Repercusiones e implicaciones
El caso refleja el alcance de las redes delictivas que operan en la región y la escalada de violencia asociada al narcotráfico. Las autoridades uruguayas trabajan en colaboración con sus homólogos internacionales para identificar y capturar a los responsables. Este hecho destaca la necesidad de reforzar la cooperación regional en seguridad y el combate al crimen organizado.
Las investigaciones continúan, mientras la población sigue conmocionada por la brutalidad del caso y la creciente infiltración del narcotráfico en el país.