Bolivia y Brasil perfilan una inversión conjunta, a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras), para la construcción de la segunda planta de amoniaco y urea, que demandará un costo de 2.500 millones de dólares y será emplazada en el municipio fronterizo de Puerto Quijarro, departamento de Santa Cruz.
De acuerdo con las estimaciones de la estatal petrolera boliviana, esta nueva factoría tendrá una capacidad de producción de 4.200 toneladas; es decir, el doble de producción del complejo petroquímico de Bulo Bulo.
El vicepresidente Nacional de Operaciones (VPNO) de YPFB, Luciano Montellano Abasto, dijo que hay interés de ambas partes en concretar una inversión compartida en la perspectiva de ejecutar la segunda factoría.
“En el caso de la Planta de Urea se trata de una inversión muy grande, masiva, muy preliminarmente estamos hablando de un valor estimado de más o menos de 2.500 millones de dólares en el que, a través de una sociedad, seguramente se va a llegar a que ambas partes aporten parte del financiamiento”, dijo.
Montellano agregó que el vecino país está interesado en el proyecto. “En la reunión (binacional) se ha expuesto a Petrobras las generalidades del proyecto: ubicación, alcance y capacidad de producción. Se les ha expresado la apertura que tiene YPFB en una asociación para una inversión conjunta, en virtud a eso Petrobras ha expresado su interés al respecto”.
Consumo
De acuerdo con información oficial, Brasil consumía al 2011 8 millones de toneladas de urea al año, aproximadamente, actualmente se incrementó a 12 millones de toneladas. Es uno de los mayores consumidores de la urea boliviana, a quienes YPFB comercializa el 80% de la producción que sale de la Planta de Amoniaco y Urea ubicada en Bulo Bulo, Cochabamba.
El 90% de su consumo de urea es importado, cuyos proveedores se encuentran al otro lado del planeta, este es el caso de Rusia, aspecto que les pone en una situación un poco crítica por la importancia que tiene el fertilizante en el sector agropecuario del vecino país.
“Entonces estamos hablando de ingresos anuales que van de 500 a 600 millones de dólares solamente para una segunda planta si es que esta se concreta y atendemos habría que sumar lo que son los ingresos que generamos por la exportación a Brasil y con la planta actual que ronda alrededor de los 200 y 380 millones de dólares anuales”, señaló Montellano.