Los glaciares en Bolivia se redujeron entre 37 y 42 por ciento, informó este miércoles el presidente Luis Arce en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Agua, oportunidad en la cual formuló 10 propuestas para hacer frente a la “crisis climática”, que disminuye el agua dulce con la desaparición de los glaciares.
Durante su intervención, el mandatario planteó una especie de decálogo para hacer frente a lo que llamó “una crisis climática” y que, entre otros aspecto, aboga por reafirmar el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano, y “reconocer en la Asamblea de la Tierra del año 2024 que el agua es el centro de la vida, estableciendo además a los ríos, lagos, glaciares, acuíferos, cuencas, sistemas de vida vinculados al agua y la Madre Tierra, como sujeto colectivo de derechos, escuchando su vulnerabilidad y haciendo eco de la amenaza actual que sufre su existencia en todos los lugares del mundo”.
En Bolivia el agua forma parte de los derechos humanos y, en ese marco, la administración de Gobierno encamina una serie de proyectos para garantizar el acceso al agua no solo para consumo humano, sino también para riesgo y el ganado. A esto se suma las acciones para dotar de alcantarillado sanitario a los bolivianos.
Datos oficiales dan cuenta que la cobertura de agua llegó a 95% en zonas urbanas y a 71,7% en saneamiento básico urbano; mientras en el área rural, un 69,3% tiene cobertura de agua potable y 45,6% de saneamiento básico.
“Bolivia es uno de los países que más consciente está sobre el rol que se tiene como Estado para tratar de organizar la utilización del agua”, destacó y develó que se ha perdido, según datos, entre 37% y 42% de los glaciares tropicales en 30 años.
“Hemos perdido ya esa agua (de los glaciares) y no se ha podido volver a recuperar en todo este tiempo…Es importante tomar consciencia de que esta crisis climática, nosotros no la denominamos cambio climático, está derivando en que poco a poco hay menos agua dulce en el planeta, y eso debe llamarnos la atención, porque sin eso no hay vida”, advirtió.
Entre los planteamientos hechos al mundo también está crear un mecanismo intergubernamental permanente del agua en Naciones Unidas; el nombramiento de un enviado especial de las Naciones Unidas para el agua al servicio de los Estados; reconocer a las autoridades de la gestión comunitaria del agua y el saneamiento básico de los Pueblos Indígena Originario Campesinos y de las comunidades locales; condonar deudas de los países en desarrollo cuyos recursos financieros hayan sido asignados a la provisión de acceso al agua, a la adaptación hídrica y la resiliencia climática, en función a perdidas y daños sufridos.
Además, propuso exhortar a los Países Desarrollados a que proporcionen mayores recursos financieros, asistencia y transferencia de tecnología a los eufemísticamente denominados “países en desarrollo”; actualizar las legislaciones para garantizar la protección y conservación de las fuentes de agua; reconocer la importante interrelación que existe entre el agua y la soberanía alimentaria de nuestros pueblos; y visibilizar al agua como un elemento de paz e integración de los pueblos.
Arce también participó de la reunión de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA). “Hay que cuidar la amazonia y el agua que está en la amazonia, pero preservando la vida de las comunidades”.