En el debut de Bolivia en la Copa América 2024, enfrentando al anfitrión Estados Unidos, la selección nacional se llevó una derrota de 2-0 que, aunque dolorosa, pudo haber sido mucho peor. A pesar de mostrar momentos de lucha, La Verde, vestida inusualmente de rojo, fue superada por la agilidad y el talento de Christian Pulisic.
Los goles estadounidenses llegaron en momentos cruciales del partido, propinando golpes tempranos y devastadores a la moral boliviana. Pulisic abrió el marcador apenas en el minuto 3, aprovechando un tiro de esquina jugado corto. Con libertad, remató de media distancia, enviando el balón al travesaño y posteriormente al fondo de la red, con una intervención casi salvadora del arquero Guillermo Viscarra, cuya mano rozó el balón, pero no pudo desviarlo.
El segundo gol llegó justo antes del descanso, en el minuto 45. Folarin Balogun, en una transición rápida, encontró a la defensa boliviana mal posicionada y con un remate cruzado puso el 2-0 definitivo. Esta anotación dio a los norteamericanos la tranquilidad para manejar el partido a su ritmo, controlando el juego y las emociones.
A lo largo del encuentro, Bolivia luchó por encontrar su ritmo ofensivo, pero careció de ideas claras y efectividad. Los delanteros César Menacho y Bruno Miranda fueron figuras ausentes, aislados por un medio campo que no logró conectar con ellos. La mayoría de los intentos de Bolivia vinieron de remates de media distancia, todos controlados sin demasiada dificultad por el guardameta estadounidense Matt Turner.
El técnico Antonio Carlos Zago intentó varias tácticas durante el partido. Comenzó con una línea de cinco defensores, tres mediocampistas y dos delanteros, pero posteriormente cambió a una formación de cuatro defensores, cinco mediocampistas y un solo delantero. Ninguno de los esquemas tácticos logró romper la defensa estadounidense ni generar peligro constante.
A pesar de la derrota, hubo puntos positivos para Bolivia. Guillermo Viscarra se erigió como una figura destacada, realizando varias salvadas importantes que evitaron una goleada mayor. También se vio el esfuerzo de Roberto Carlos Fernández, quien, aunque no encontró un socio ideal, fue uno de los mejores en el campo de juego.
El ingreso de Miguel Terceros aportó cierta frescura en la ofensiva, con algunos remates de media distancia que fueron bien controlados por Turner. Sin embargo, estos “chispazos” no fueron suficientes para cambiar el destino del partido.
Christian Pulisic, con sus constantes diagonales y habilidad para crear oportunidades, fue el principal dolor de cabeza para la defensa boliviana, demostrando por qué es una de las estrellas más brillantes del fútbol estadounidense.
En resumen, aunque Bolivia mostró determinación y momentos de buen juego, la falta de coordinación y creatividad ofensiva fueron factores determinantes en su derrota. A pesar de esto, la actuación de Viscarra y la voluntad de lucha del equipo dejan espacio para la esperanza en los próximos encuentros del torneo.