Bolivia denunció en la Asamblea General de la ONU que intereses externos e internos están tratando de desestabilizar al gobierno del presidente Luis Arce. La canciller Celinda Sosa, representante del país en el evento, expresó la preocupación del gobierno boliviano por la situación, destacando que los conflictos actuales amenazan la estabilidad democrática del país.
Sosa subrayó que Bolivia enfrenta una situación difícil, exacerbada por la división interna dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido gobernante. Esta fractura ha llevado a enfrentamientos entre los seguidores del presidente Arce y los del expresidente Evo Morales, lo que ha intensificado las tensiones políticas en el país. Morales, junto con sus seguidores, realizó una caminata de siete días hacia La Paz para exigir el cumplimiento de decisiones tomadas en el X Congreso de Lauca Ñ, donde fue proclamado como único candidato para las elecciones de 2025.
En su discurso, la canciller afirmó que Bolivia ha demostrado históricamente un fuerte compromiso con la democracia y que el gobierno actual está decidido a preservar la paz y la estabilidad. Sin embargo, también advirtió sobre múltiples crisis que amenazan no solo a Bolivia, sino al mundo en general, como el cambio climático, las desigualdades económicas y sociales, y la crisis democrática.
Sosa destacó la gravedad de la crisis ambiental, mencionando que los incendios forestales, muchos de ellos provocados por el hombre, están causando estragos en el país. A pesar de los esfuerzos nacionales e internacionales para combatir estos incendios, la situación sigue siendo crítica, lo que ha llevado a organizaciones a solicitar la declaración de desastre nacional. Sin embargo, el gobierno ha optado por declarar emergencia nacional en su lugar.
Finalmente, la canciller rechazó las medidas coercitivas unilaterales que violan los derechos humanos y expresó solidaridad con Cuba, Venezuela y Nicaragua, condenando especialmente el bloqueo económico impuesto a Cuba desde hace 60 años. También manifestó su preocupación por la reciente calificación negativa de la hoja de coca, un elemento central en la cultura e identidad boliviana.
Implicaciones: La denuncia de Bolivia en la ONU refleja la preocupación del gobierno de Arce por la estabilidad interna del país, en un contexto de crecientes tensiones políticas y desafíos ambientales. La situación interna del MAS y los incendios forestales representan amenazas inmediatas que podrían tener consecuencias graves para la gobernabilidad y el bienestar de la población. Además, la postura de Bolivia sobre los derechos humanos y la solidaridad con otras naciones latinoamericanas muestra una clara alineación política en el ámbito internacional.