Bolivia cuenta, al 31 de diciembre de 2023, con reservas certificadas de gas natural por 4,5 trillones de pies cúbicos (TCF) y un potencial estimado en 30 TCF, según el informe presentado por la firma internacional DeGolyer and MacNaughton. El anuncio fue realizado por Armin Dorgathen, presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), durante una conferencia de prensa en Santa Cruz.
Dorgathen comparó las cifras actuales con las de evaluaciones anteriores. En 2022, la empresa Ryder Scott certificó reservas por 4 TCF. La nueva certificación de 2023 refleja un ligero aumento, situándose en 4,5 TCF. Sin embargo, el titular de YPFB cuestionó los valores reportados en certificaciones pasadas, como la de 2004, que indicaba 25,3 TCF, posteriormente desmentidos por inconsistencias.
Tras la nacionalización de los hidrocarburos en 2006, YPFB verificó 9,7 TCF en 2009. Años más tarde, en 2013 y 2017, las reservas certificadas alcanzaron 10,1 y 10,7 TCF, respectivamente, aunque dichas cifras también fueron cuestionadas por inconsistencias con el consumo registrado en esos periodos.
“Si los datos de 2017 hubieran sido correctos, considerando el consumo registrado entre 2017 y 2023, las reservas actuales deberían rondar los 7 TCF,” explicó Dorgathen. Sin embargo, estudios recientes han corregido estas discrepancias, ajustando las estimaciones a valores más realistas.
En un esfuerzo por reforzar la confiabilidad de las cifras, YPFB realizó dos certificaciones consecutivas en 2022 y 2023 con distintas empresas, buscando consistencia en los resultados. “Nuestro objetivo es transparentar los volúmenes de gas disponibles y trabajar sobre bases sólidas,” destacó Dorgathen.
Un potencial de 30 TCF
Además de las reservas certificadas, el informe resalta un potencial de 30 TCF de recursos por descubrir. Para materializar este potencial, YPFB ha puesto en marcha 57 proyectos de exploración, de los cuales 17 ya han dado resultados positivos. Entre estos destaca el proyecto Mayaya, ubicado en el norte de La Paz, con un estimado de 6,7 TCF de potencial.
Según Dorgathen, estas iniciativas buscan revertir la disminución en la producción de gas que se registra desde 2016. La recuperación plena podría concretarse entre 2027 y 2028, gracias principalmente al impacto del proyecto Mayaya.
Las recientes cifras de reservas y el gran potencial por explorar posicionan a Bolivia en un camino estratégico para consolidar su seguridad energética. Con una apuesta clara por la transparencia y una planificación a largo plazo, YPFB busca impulsar la industria de hidrocarburos y contribuir al desarrollo económico del país en los próximos años.