El Banco Mundial (BM) ratificó este jueves su proyección de un crecimiento económico del 1,5% para Bolivia en 2025, porcentaje que también se mantiene para 2026, según el informe “Perspectivas Económicas Mundiales”. Esta estimación contrasta con el 3,51% previsto por el Presupuesto General del Estado (PGE) 2025, que además anticipa una inflación del 7,5%.
Para 2024, el BM proyecta un crecimiento de 1,4%, ligeramente por debajo del 1,6% estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ambas cifras distan significativamente del 3,71% planteado por el Gobierno boliviano. Al respecto, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, ha cuestionado las proyecciones de los organismos internacionales, argumentando que estas no contemplan todas las variables económicas del país.
En el ámbito local, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó en noviembre de 2024 que el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 2,58% al segundo trimestre, reflejando una leve recuperación respecto al mismo periodo del año anterior.
Crecimiento regional y desafíos globales
En el panorama regional, el BM estima un crecimiento promedio del 2,5% para América Latina y el Caribe en 2025, cifra significativamente superior a las proyecciones para Bolivia. Según el informe, la recuperación económica de países como Argentina, la normalización de tasas de interés y la disminución de la inflación serán factores clave para el desempeño de la región.
No obstante, el debilitamiento del crecimiento en China podría limitar la demanda de productos básicos, lo que afectaría las exportaciones de países latinoamericanos. A esto se suma el impacto del cambio climático, en particular las sequías vinculadas al fenómeno de La Niña, que representan una amenaza significativa para la agricultura y la infraestructura en zonas vulnerables.
Perspectivas en países vecinos
El informe también detalla las expectativas económicas de otros países de la región. Brasil, por ejemplo, enfrentará una desaceleración con un crecimiento proyectado del 2,2%; mientras que Colombia alcanzará un 3,0%, impulsado por la recuperación del consumo y la inversión. Por su parte, Chile crecerá un 2,2%, gracias a las exportaciones de energía verde.
Estas cifras ponen en evidencia el desafío que enfrenta Bolivia para alcanzar las metas de crecimiento planteadas por el Gobierno. En un contexto regional marcado por los efectos del cambio climático, la inflación y las fluctuaciones de los mercados internacionales, el país deberá redoblar esfuerzos para fortalecer su economía y mantener su competitividad.