Bolivia enfrenta un día de caos y paralización debido a los bloqueos en carreteras y avenidas en cuatro de sus departamentos. Las ciudades de Oruro, Sucre, Cochabamba y Santa Cruz se encuentran afectadas por diversas protestas organizadas por el sector del transporte y la Federación de Interculturales de San Julián, quienes exigen respuestas urgentes del Gobierno del presidente Luis Arce.
En Oruro, los transportistas han bloqueado estratégicamente las salidas de la ciudad, impidiendo el paso de camiones hacia la frontera con Chile. Oruro, siendo un punto crucial para el tránsito de mercadería de importación y exportación, ha visto sus operaciones suspendidas, afectando tanto a los transportistas como a los comerciantes. La terminal de buses ha detenido sus operaciones, dejando a numerosos viajeros varados y sin certeza de cuándo podrán reanudar su trayecto.
En Sucre, aunque las protestas comenzaron el martes y dieron una breve tregua, este miércoles se retomaron con fuerza. Antonio Moreno, dirigente del Sindicato Regional de Chóferes de Transporte Pesado, expresó la desesperación del sector al verse obligado a tomar estas medidas extremas para ser escuchados por el Gobierno.
Cochabamba también es escenario de bloqueos en puntos clave de la ciudad, afectando la conexión con otros departamentos. Los transportistas han bloqueado el kilómetro 16 de la avenida Villazón y el kilómetro 30 de la carretera que une Cochabamba con el occidente del país, generando una fuerte congestión vehicular y paralización del transporte.
En Santa Cruz, el bloqueo realizado por la Federación de Interculturales de San Julián cumple hoy su tercer día. La ruta que conecta este departamento con Beni está cortada, exigiendo la aprobación del uso de biotecnología. Edson Juárez, dirigente de la federación, indicó que más regiones se han sumado a la protesta, demostrando la creciente tensión y el descontento en varias jurisdicciones.
La falta de combustible, especialmente diésel, ha exacerbado la crisis en el sector del transporte. Desde hace dos semanas, los transportistas han enfrentado dificultades para realizar sus operaciones, afectando el flujo de mercadería dentro y fuera del país. Este problema ha sido el detonante de las protestas, llevando a los transportistas a exigir soluciones inmediatas del Gobierno.
En la Terminal de La Paz, la situación es igualmente complicada. Las empresas de transporte han limitado los viajes y venden pasajes con condiciones debido a la incertidumbre de poder llegar a destino. La situación en el país sigue siendo tensa y la demanda de los transportistas y la Federación de Interculturales sigue sin respuesta clara por parte del Gobierno.
El presidente Luis Arce enfrenta un desafío crítico para resolver estas demandas y evitar una mayor escalada de conflictos que paralicen aún más al país.