Los bloqueos instalados en La Paz por sectores afines a Evo Morales han generado un impacto económico significativo en el turismo del Lago Titicaca. Según el viceministro de Turismo, Hiver Flores, las pérdidas hasta la fecha ascienden a más de Bs 3,5 millones, afectando principalmente a destinos icónicos como la Isla del Sol, Tiquina y Copacabana.
“Hoy tenemos una afectación económica de más de 3,5 millones de bolivianos, solamente en el sector del Lago Titicaca. Los bloqueos han interrumpido el flujo normal de los turistas internacionales en el destino del Lago Titicaca”, declaró Flores en una entrevista con Bolivia Tv. El sector turístico reporta pérdidas diarias de alrededor de Bs 471.935,62.
Los bloqueos, que comenzaron el 16 de septiembre, están siendo impulsados por grupos autodenominados Ponchos Rojos, liderados por el exdirigente David Mamani. Estas movilizaciones exigen la renuncia del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca, así como la convocatoria a nuevas elecciones. Mamani ha confrontado al gobierno tras la negativa de su solicitud de ocupar ministerios y viceministerios a cambio de apoyo político.
El viceministro Flores destacó que la paralización del tránsito ha afectado de manera crítica a la industria hotelera, gastronómica y a las agencias de viaje, sectores que dependen del flujo constante de turistas. “El sector hotelero reporta cancelaciones masivas, y las agencias de viaje también ven cómo los paquetes vendidos para esta semana se cancelan debido a la incertidumbre”, afirmó.
El impacto de los bloqueos también coincide con la marcha liderada por Evo Morales, que comenzó el 17 de septiembre con el objetivo de consolidar su candidatura para las elecciones de 2025. Este clima de tensión política, según Flores, está alejando a los turistas que ya habían reservado viajes a la región.
El viceministro enfatizó la importancia de garantizar la libre circulación de los visitantes para cumplir con el Código de Ética Mundial de Turismo, y recalcó que el Estado debe tomar medidas para proteger la economía turística. Las movilizaciones, señaló, no solo afectan a la imagen del país como destino seguro, sino que también frenan la dinamización económica en una de las regiones más visitadas de Bolivia.
Las pérdidas continuarán acumulándose si la situación no se resuelve, afectando gravemente a cientos de familias que dependen de la actividad turística en la región.