El Banco Mundial (BM) presentó este martes su informe de Perspectivas Económicas Mundiales de junio 2024, revelando un panorama de crecimiento moderado para la economía boliviana en los próximos años. Según el documento, Bolivia mantendrá un crecimiento económico de 1.4% para este año, con una leve mejora prevista para 2025 y 2026, alcanzando el 1.5% en ambos años.
En comparación con otras economías de la región, las proyecciones para Bolivia son menos optimistas. Argentina, a pesar de enfrentar una contracción económica del -3.5% en 2024, se espera que experimente una notable recuperación con un crecimiento del 5% en 2025 y del 4.5% en 2026. Colombia, por su parte, crecerá un 1.3% este año, pero verá un repunte en 2025 con un crecimiento del 3.2% y del 3.1% en 2026.
Brasil y México también muestran perspectivas más alentadoras. El crecimiento de Brasil se moderará al 2% en 2024 y al 2.2% en 2025, impulsado por recortes en la tasa de política monetaria y la recuperación del consumo y la inversión privados. En México, el crecimiento se desacelerará al 2.3% en 2024 y al 2.1% en 2025, influenciado por una política monetaria restrictiva a pesar de una esperada baja en la inflación y las tasas de interés.
El informe del Banco Mundial advierte sobre varios riesgos que podrían impactar negativamente estas previsiones, como la posibilidad de condiciones financieras globales más restrictivas, elevados niveles de deuda local y la desaceleración del crecimiento en China, lo cual podría afectar las exportaciones de la región. Además, los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático representan un riesgo significativo.
A pesar de estos desafíos, el informe concluye con una nota de esperanza: “Si bien la región de América Latina y el Caribe enfrentará dificultades económicas en 2024, se espera que muestre una recuperación gradual en 2025, apoyada por el descenso de la inflación y una política monetaria acomodaticia”. No obstante, para Bolivia, esta recuperación será mínima, reflejando la necesidad de políticas económicas más robustas y una adaptación estratégica a los riesgos globales y regionales.
En resumen, mientras otras economías de la región muestran señales de recuperación más robustas, Bolivia enfrenta un camino más arduo hacia la estabilidad económica. Las previsiones del Banco Mundial subrayan la importancia de una gestión económica prudente y la necesidad de prepararse para posibles adversidades externas que podrían impactar el crecimiento futuro del país.