La tasa de desocupación en Bolivia disminuyó a 3,6% en el tercer trimestre de 2024, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. Este descenso refleja una recuperación sostenida del mercado laboral; sin embargo, persisten retos como el incremento de la subocupación y la alta informalidad.
A pesar de la reducción del desempleo, la subocupación por insuficiencia de horas de trabajo alcanzó el 6,68%, superando el 6,27% de 2023 y el 5,81% de 2022. Este problema afecta principalmente a las mujeres, cuya tasa de subocupación se sitúa en 8,2%, frente al 5,3% en los hombres. La subocupación incluye a quienes laboran menos de 40 horas semanales y desean ampliar su jornada de trabajo.
Desde el pico del 8,38% registrado en el cuarto trimestre de 2020, durante la pandemia, la tasa de desempleo ha mantenido una tendencia a la baja: 5,17% en 2021, 4,32% en 2022 y 3,9% en 2023. Hasta junio de 2024, el número de personas ocupadas alcanzó los 4,7 millones, un incremento de 1,6 millones desde mayo de 2020.
Crecimiento en sectores clave
El Ministerio de Economía reportó un crecimiento significativo del empleo en diversos sectores. Entre junio de 2023 y junio de 2024, la industria manufacturera incrementó su fuerza laboral en un 11%, pasando de 625.000 a 694.000 trabajadores. En salud y asistencia social, el empleo creció un 23%, mientras que en otros servicios aumentó un 22%. También se registraron alzas en alojamiento y comidas (5%) y en servicios profesionales y técnicos (20%).
Bolivia se posiciona como uno de los países con menor desempleo en la región, con un 3,7%, por debajo de Colombia (10,3%), Chile (8,2%) y Argentina (7,6%). No obstante, la informalidad laboral sigue siendo un desafío estructural: el 80,8% de los trabajadores bolivianos opera en condiciones informales, muy por encima del promedio regional del 48%.
Desafíos y perspectivas
La disminución del desempleo y el crecimiento del empleo en sectores estratégicos son señales positivas para la economía boliviana. Sin embargo, la alta subocupación y la informalidad, especialmente entre las mujeres, evidencian la necesidad de políticas que promuevan un mercado laboral más equitativo y sostenible.
En este contexto, es fundamental no solo generar más empleo, sino también mejorar su calidad, garantizando condiciones laborales dignas que impulsen una recuperación económica inclusiva y sostenible.