El gobierno argentino adjudicó la construcción de un cerco de 200 metros en la frontera con Bolivia, en la localidad de Aguas Blancas, provincia de Salta. La obra, con un costo de 36,1 millones de pesos argentinos (aproximadamente 3,4 millones de dólares), busca fortalecer el control fronterizo y combatir el narcotráfico.
La adjudicación se realizó este martes en la Municipalidad de Aguas Blancas, bajo el expediente N°056/25. El único oferente, Pablo Esteban Osadcia Sánchez, presentó una cotización exacta de $36.121.505,97 y cumplió con todos los requisitos documentales exigidos. El acto contó con la presencia de autoridades municipales y provinciales, entre ellas el interventor municipal, Adrián Zigarani.
El cerco estará construido con malla olímpica y se extenderá desde la terminal de colectivos hasta la oficina de migraciones. Contará con postes de hormigón armado de 3,5 metros de altura, de los cuales 2,8 metros quedarán visibles. Los postes se instalarán cada cuatro metros, con refuerzos adicionales cada cuatro postes, y serán enterrados a 70 centímetros de profundidad para garantizar su estabilidad.
El interventor Zigarani enfatizó que la obra no guarda similitudes con el muro propuesto por Donald Trump en la frontera entre Estados Unidos y México. Explicó que el objetivo es “ordenar el caos” en la zona, donde actualmente existe un muro bajo de entre 30 y 40 centímetros que facilita el cruce irregular de personas.
La iniciativa forma parte del Plan Güemes, lanzado hace dos meses por el gobierno argentino para reforzar la seguridad fronteriza en Salta y combatir el tráfico de drogas. No obstante, el anuncio generó preocupación en el gobierno boliviano, que hasta el momento no se ha pronunciado oficialmente sobre la adjudicación de la obra.
La construcción del cerco refleja los esfuerzos de Argentina por mejorar la seguridad en una de sus fronteras más sensibles, aunque su impacto podría generar repercusiones diplomáticas y sociales en la región.