El presidente del Estado, Luis Arce, reconoció que el país depende de la importación de diésel y gasolina, y que actualmente el Gobierno nacional está pagando un “precio descomunal” producto de los efectos “nocivos” de la guerra entre Ucrania y Rusia.
“También es importante mencionar que dependemos de la importación de petróleo, diésel y gasolina; que es importante para el desarrollo de otras actividades, sin diésel no hay agricultura, no hay transporte, y el precio que estamos pagando ahora es un precio descomunal producto de la guerra”, manifestó la autoridad.
Situación que atribuyó a los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, hecho que ha impactado en América Latina y el país, por lo tanto, dijo que las personas que no entiendan que Bolivia está sufriendo el efecto negativo de los precios del petróleo, “simplemente ignoran cómo se maneja la economía de un país”.
En esa línea, Arce manifestó que por una decisión política su gobierno ha decidido “preservar el valor adquisitivo de la moneda de los bolivianos”, precisó que se trata de un “sacrificio” que ha resuelto hacer para que “la inflación internacional no llegue al país, por eso pese a todo estamos gozando de esta estabilidad económica” que muy pocos países han podido hacerlo.
Detalló que inicialmente se percibió un incremento en los precios de varias materias primas, lo que podía hacer pensar que nos estaba yendo bien, pero “eso es miope, eso no es ver la realidad”, porque reconoció que desde hace muchos años atrás el país ha tenido una dependencia en la importación de los carburantes.
Arce estuvo 13 años como ministro de Economía y Finanzas del gobierno de Evo Morales, ahora señala que la producción de la minería “por falta de inversión previa”, no ha reaccionado como debería hacerlo, no obstante, gradualmente Bolivia está entrando a la industrialización; por ejemplo, con la planta de zinc, que se está construyendo en Oruro y se prevé otra en Potosí.
El jefe de Estado mencionó el tema en una coyuntura en la que su gestión en el manejo económico ha sido observada y criticada. Y cuando las calificadoras le han bajado el puntaje.