El presidente de Bolivia, Luis Arce, sostendrá una reunión el viernes con representantes de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) para abordar la problemática del desabastecimiento de diésel, situación que ha generado alarma entre los productores agrícolas del país. La falta de este combustible, esencial para las labores de siembra y cosecha, podría amenazar la seguridad alimentaria de Bolivia en 2025, según advirtieron líderes del sector agropecuario.
La reunión, programada para las 16:00, tiene previsto abordar 17 temas relacionados con la producción agropecuaria, aunque el suministro de diésel será el eje central. Según Yamil Flores, ministro de Desarrollo Rural y Tierras, la fecha inicial para el encuentro era el miércoles, pero se postergó hasta el viernes a solicitud de algunos productores, quienes urgen una solución rápida ante la escasez.
Advertencias sobre el impacto en la producción
Klaus Frerking, vicepresidente de la CAO, resaltó la gravedad del problema al señalar que, sin el diésel necesario, los agricultores no podrán completar la siembra antes del 30 de diciembre, plazo límite para evitar una drástica reducción en la producción agrícola. “Si no logramos sembrar a tiempo, el 90% de las casi dos millones de hectáreas en Santa Cruz quedará en riesgo, poniendo en peligro la seguridad alimentaria del país para el próximo año”, subrayó.
Esta situación afecta especialmente a cultivos de gran importancia como la soya, que cuenta con 1,2 millones de hectáreas en riesgo, junto con 300.000 hectáreas de maíz, sorgo y otros cultivos alternativos. En total, serían alrededor de 1,5 millones de hectáreas comprometidas, además de otras 400.000 hectáreas de soya de invierno que están en etapa de cosecha en el norte de Santa Cruz.
Propuesta de importación directa de combustibles
Como medida alternativa para paliar la falta de diésel, la CAO, junto con la Cámara de Transporte del Oriente y la Asociación Departamental de Gremiales de Santa Cruz, ha planteado formalmente al gobierno la posibilidad de liberar la importación directa de combustibles. En una carta dirigida al presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, el sector solicitó que se permita a empresas privadas importar y comercializar combustible, manteniendo al mismo tiempo el sistema actual de importación estatal de combustible subvencionado.
“La propuesta es clara”, explicó Frerking, quien sostuvo que esta medida aliviaría la crisis de abastecimiento y garantizaría que los productores cuenten con el diésel necesario para sus labores. La iniciativa busca que el gobierno mantenga su sistema de importación para ciertos sectores, mientras que las importaciones directas privadas podrían abastecer al sector agrícola y de transporte, que requieren un acceso constante a combustible para asegurar sus operaciones.
Perspectivas e implicaciones
La reunión entre el presidente Arce y los líderes agropecuarios es esperada con gran interés, ya que una resolución favorable podría asegurar la continuidad de la producción agrícola y, con ello, la estabilidad de la oferta de alimentos en el país. La escasez de diésel ha llevado a los productores a esperar largas horas en los surtidores, poniendo en riesgo las actividades de siembra y cosecha y amenazando, en consecuencia, la economía del sector y la seguridad alimentaria nacional.
Este encuentro representa un paso crucial para resolver una crisis que podría tener serias repercusiones para Bolivia.