El presidente Luis Arce manifestó que existe la necesidad de combatir el tráfico de drogas de manera integral y conjunta desde el modelo boliviano hasta que sea una lucha regional, y rememoró los casos de narcotráfico en gobiernos anteriores, pero evitó hablar de los hechos ocurrido en los más de 14 años de gestión del MAS durante su discurso por el 198 aniversario de la Independencia de Bolivia.
“Debemos adoptar un enfoque integral de lucha contra las drogas haciendo énfasis en los países que albergan la mayor cantidad de consumidores (…). Solamente aunando esfuerzos internacionales y regionales entre nuestras fuerzas del orden y la sociedad civil, es que podemos combatir este delito globalizado que afecta el bienestar social y la soberanía nacional”, indicó Arce.
Exhortó a que toda la sociedad se sume a la lucha contra las drogas desde una forma cotidiana para vencer el flagelo que afecta a la humanidad, promoviendo la regionalización con soberanía contra el narcotráfico.
Recordó que se trata de un delito de características transnacionales, dado que traspasa fácilmente fronteras geográficas.
El narcotráfico es una preocupación latente para nuestro Gobierno -señaló Arce- y rememoró que esta problemática tiene antigua data que corrompió instituciones y personas.
Mencionó entre los casos más relevantes a la narcodictadura de Luis García Meza y Luis Arce Gómez, que fue instituida en julio de 1980.
“Un segmento de las Fuerzas Armadas se vio corrompida por el negocio millonario del tráfico de cocaína, combinando el uso atrabiliario de la fuerza y la promoción del narcotráfico, esto ocasionó un tremendo daño para la imagen de Bolivia, que se vio catalogada como un país insostenible debido a la penetración de asociaciones criminales en el seno del Estado”, señaló.
Asimismo, dijo que en 1979 – 1980 apareció la imagen de un gran traficante de droga, Roberto Suárez Gómez, potentado narcotraficante que llegó a vincularse con el Cartel de Medellín dirigido por Pablo Escobar.
“Suárez, apodado el ‘Rey de la Cocaína’, se vio inmiscuido con varios políticos bolivianos a quienes colaboró a cambio de brindarle protección e impunidad”, reprochó.
En tanto, recordó que, durante el Gobierno del Víctor Paz Estenssoro, Bolivia perdió al científico Noel Kempff Mercado, tras que grupos armados del narcotráfico lo asesinaran cuando realizaba una expedición en 1986.
“El crimen destapó el escándalo de Huanchaca, una mega fábrica de cocaína internalizada en el oriente boliviano. Las autoridades gubernamentales de aquel entonces fueron sindicadas de encubrir el funcionamiento de esta gigantesca fábrica de droga”, recordó Arce.
Explicó también que en la gestión de Jaime Paz Zamora relucieron “casos pomposos de narcotráfico”. Tras revelarse relaciones que tenía la cúpula dirigencial del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) con reconocidos narcotraficantes como Issac “Oso” Chavarría y Carmelo “Meco” Domínguez en 1994.
“Los denominados narcovínculos develaron una red criminal que apoyaba financieramente al MIR a partir de las ganancias del tráfico de drogas”, indicó.
Otro escándalo de narcotráfico fue el denominado “narcoavión” en el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada en 1996, develado tras la intercepción de una aeronave en la ciudad de Lima – Perú con una carga de cuatro toneladas de cocaína, el dueño de la droga era Amado Pacheco, alias “Barbaschoca”, un peligroso narcotraficante ligado con la mafia mexicana.
“Como podemos corroborar, el narcotráfico estuvo inmerso en las esferas de la política boliviana dejando saldos desastrosos para nuestro país (…). Hoy, este delito debe ser entendido y combatido desde una perspectiva regional, tal como lo mencioné en la Organización de las Naciones Unidas en 2022”, remarcó Arce.
Ante esa situación, señaló que se debe pasar de la “nacionalización de la lucha contra el narcotráfico a la regionalización, esa es la propuesta del Estado Plurinacional de Bolivia para el mundo”, enfatizó.