El presidente del Estado, Luis Arce, afirmó que los bloqueos encabezados este año por Evo Morales y sus seguidores fueron financiados con recursos económicos significativos, cuyo origen plantea serias dudas. En una entrevista concedida al diario mexicano La Jornada, Arce cuestionó la procedencia de los fondos utilizados en estas movilizaciones, asegurando que no provienen únicamente de los productores de hoja de coca.
Según el mandatario, las protestas, que incluyeron dos extensos bloqueos de caminos en 2023, movilizaron grandes sumas de dinero. “Financiar una marcha desde Caracollo hasta La Paz con personas pagadas es un gasto considerable”, declaró.
Bloqueos y sus demandas
El primer bloqueo, que tuvo lugar entre enero y febrero durante 16 días, exigió la renuncia de las autoridades del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional. Por su parte, el segundo bloqueo, desarrollado entre octubre y noviembre a lo largo de 24 días, demandó la habilitación de Evo Morales como candidato presidencial y el cierre de procesos penales en su contra, incluido uno relacionado con una supuesta relación con una menor en 2015.
Ambos movimientos no solo provocaron tensiones sociales, sino que también generaron un severo impacto económico. De acuerdo con datos difundidos por Bolivia TV, las pérdidas asociadas a estas protestas superaron los $us 3.000 millones.
-Primer bloqueo (enero-febrero): pérdidas estimadas en $us 981 millones.
-Segundo bloqueo (octubre-noviembre): impacto superior a los $us 2.200 millones, que incluyó el desabastecimiento de alimentos básicos como carne de pollo y cerdo.
Dudas sobre el financiamiento
Arce manifestó que el dinero utilizado para organizar las protestas y adquirir materiales como dinamita no proviene únicamente de los recursos tradicionales del Movimiento Al Socialismo (MAS). “La cuenta del MAS bajó de 12 millones a menos de un millón de bolivianos, pero las movilizaciones cuestan mucho más que esa reducción. Hay algo más”, indicó.
El presidente reconoció desconocer la fuente exacta del financiamiento, pero señaló que los montos necesarios para pagar a los participantes y cubrir otros gastos son inusualmente altos. “No es barato y no responde al carácter tradicional de las luchas de las organizaciones sociales”, puntualizó.
Implicaciones políticas
Las declaraciones de Arce reflejan la creciente división interna en el oficialismo boliviano entre el sector liderado por él y el grupo afín a Morales. Además, plantean serias interrogantes sobre los intereses detrás del financiamiento de estas movilizaciones, que han comprometido la estabilidad social y económica del país.
El debate se amplía a la legalidad y transparencia de estas acciones, así como a las repercusiones de las pugnas internas del MAS en la gobernabilidad de Bolivia. Las denuncias de Arce dejan abierta la discusión sobre el papel de los recursos económicos en los conflictos políticos que sacuden al país.