El presidente Luis Arce abordó la situación crítica de los incendios forestales que azotan la región oriental de Bolivia, destacando que la prioridad ahora debe ser enfrentar la emergencia y proteger el país, más allá de señalar culpables. Con casi 4 millones de hectáreas devastadas por el fuego, Arce insistió en la necesidad de actuar de manera conjunta.
En un informe brindado la noche del sábado, el mandatario detalló las medidas implementadas hasta el momento, entre las que figuran la declaratoria de desastre, la pausa ambiental, el bombardeo de nubes para generar lluvia y la propuesta de una ley para endurecer las sanciones contra quienes provocan incendios. Estas acciones buscan mitigar los efectos del fuego y prevenir futuros incidentes.
Arce también anunció incentivos financieros para los productores que adopten prácticas sostenibles y eviten las quemas. “Producir de manera responsable será beneficioso en nuestro país”, afirmó, aunque no precisó los mecanismos específicos para este apoyo.
El presidente destacó además la propuesta de crear un comando regional de incendios en colaboración con otros países de la región, posicionando a Bolivia como sede operativa de este esfuerzo internacional. Esta iniciativa busca reforzar la capacidad de respuesta ante incendios que afectan no solo al país, sino a toda la región.
Con firmeza, Arce criticó cualquier intento de politización de la emergencia, haciendo un llamado a la unidad y a la acción. “No es un tiempo de politizar la lucha contra los incendios ni de electoralizar el país con marchas y bloqueos que perjudican la economía y la vida de los bolivianos”, sentenció.
En los próximos días, se espera la llegada de un avión cisterna desde Canadá, que reforzará la lucha contra los incendios activos. Además, Arce anunció un plan postincendios que incluirá reforestación, reposición de ganado y reconstrucción de viviendas afectadas.
El enfoque del gobierno es claro: enfrentar la crisis con medidas concretas y sostenibles, sin distracciones políticas que desvíen la atención de la emergencia ambiental que amenaza a Bolivia.