En un esfuerzo por mantener la estabilidad del precio del pan de batalla, el Gobierno boliviano, a través del viceministro de Comercio y Logística Interna, Grover Lacoa, reafirmó que no permitirá la reducción del peso de 60 gramos por unidad.
Según Lacoa, el sector panificador cuenta con la materia prima necesaria, garantizada por el Estado, para evitar cualquier alteración en la producción y el suministro de este alimento esencial.
“Los panificadores tienen materia prima suficiente y no vamos a aceptar que algunos dirigentes amenacen al pueblo boliviano con desabastecimiento de harina o que disminuya el gramaje del pan de 60 gramos”, declaró Lacoa en entrevista con Bolivia Tv, en respuesta a las recientes declaraciones del secretario ejecutivo de la Federación de Panificadores de El Alto, Fidel Paco. Paco había instruido a sus afiliados a ocultar sus reservas de harina, lo que fue duramente criticado por el viceministro.
Lacoa no dudó en calificar estas acciones como un atentado contra el esfuerzo del pueblo boliviano y el Gobierno, advirtiendo que se tomarán medidas judiciales contra quienes promuevan este tipo de conductas. “No vamos a permitir que gente como esta denosté el esfuerzo del pueblo boliviano, del Gobierno nacional y de todos los que estamos involucrados en mantener la estabilidad de precios, por un capricho personal o un interés político”, sentenció la autoridad.
El viceministro también recordó el convenio existente entre la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) y la Confederación Nacional de Panificadores Artesanos de Bolivia (Conapaabol), que asegura el suministro de harina de trigo Tipo 000 hasta un máximo de cuatro bolsas de 50 kilos por afiliado por día, conforme a la demanda departamental y a la normativa vigente.
Este acuerdo busca garantizar que el precio del pan de batalla se mantenga en 0,50 centavos de boliviano en Cochabamba, El Alto, La Paz y Beni, y en 0,40 centavos en Oruro y Chuquisaca, sin comprometer la calidad ni el peso del producto.
Para reforzar esta política, el Gabinete de ministros aprobó recientemente el Decreto Supremo 5195, que establece la eliminación de aranceles para la importación de trigo y harina de trigo durante el presente año. Esta medida tiene como objetivo reducir los costos de importación para los industriales molineros y cualquier otra entidad, pública o privada, que desee importar estos productos.
Con estas acciones, el Gobierno boliviano busca asegurar la estabilidad del precio del pan de batalla y evitar cualquier desabastecimiento o alteración en su producción, reafirmando su compromiso con la seguridad alimentaria de la población.