Agencias.- Con dolor e inmensa pena los familiares y vecinos de Ahatlar, en Turquía, enterraron a tres jóvenes mineros con edades de 25 a 30 años. Formaban parte de los 41 fallecidos en la explosión a 300 metros de profundidad en una mina de carbón en Amasra, cerca del mar negro. El fatal accidente, cuyas causas se desconocen, ocurrió el viernes pasado.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan confirmó que se había encontrado el cuerpo del hombre que estaba desaparecido.
De los 110 mineros que estaban dentro en el momento de la explosión, once se encuentran hospitalizados y 58 lograron salir ilesos. Erdogan ha prometido poner fin a los accidentes mineros:
“Por supuesto, determinaremos cómo se produjo la explosión, y si hay algún responsable, mediante investigaciones administrativas y legales. Estas investigaciones ya se han puesto en marcha”, señalaba el presidente turco.
Tres fiscales están investigando la explosión. Las evaluaciones preliminares apuntan que esta pudo haberse producido por los gases inflamables de la mina.
De momento las labores de rescate ya han finalizado según el ministro de Energía. El sindicato Disk señala que las muertes se podrían haber evitado si no se hubieran ignorado sus sugerencias de seguridad.