Al menos 1.500 cabezas de ganado murieron en las últimas semanas a causa de la aguda sequía que afecta al chaco tarijeño, según un reporte de la Unidad de Riesgo del Gobierno Autónomo Municipal de Villa Montes.
El responsable de esa repartición municipal, Horacio Cabera, señaló que la mortandad de ganado bovino producto de la escasez de agua se registra en los 11 distrito del municipio de Villa Montes, que a su vez dañó 900 hectáreas de sembradíos de cítricos y verduras.
Mencionó que la cuantificación de mortalidad de ganado y pérdida de cultivos es preocupante, tomando en cuenta que es el primer sondeo que se recoge en las zonas afectadas y que el impacto de la sequía empezará a sentirse con mayor intensidad a partir de este mes.
“Sin distinción, en los 11 distritos del municipio de Villa Montes la falta de lluvia y agua deja un panorama desolador en los potreros y campos donde ya se advierte ganado ‘caído’ y animales débiles y flacos por la falta de alimento y forraje”, describió el funcionario municipal citado por El Deber, quien además dijo que también se pudo ver chacos con cítricos, papayas y verduras, entre otros alimentos, arrasados.
En torno a asistencia para los afectados, el funcionario municipal indicó que con los datos relevados se hará un informe para que el legislativo municipal pueda emitir la declaratoria de desastre para canalizar recursos y así tratar de mitigar la emergencia. Expresó que en este momento es de vital importancia el acarreo de agua para el consumo humano y animal, dado que los atajados – reservorios naturales de agua- se encuentran secos. Alimento para el ganado es otro factor de alta prioridad.
La falta de recursos hídricos se extiende por los llanos de Chiquitos y el Chaco cruceño. Según el presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Adrián Castedo, el déficit hídrico y los incendios se han convertido en los ‘peores’ enemigos de los productores que desarrollan actividades agropecuarias.
Hizo notar que estos dos fenómenos vinculados al cambio climático castigan severamente a la economía de los productores que, en el caso del ganadero, deben invertir más de lo planificado para garantizar la nutrición animal. “La situación es preocupante porque muchos ganaderos complementan su actividad con la agricultura y al no llover el maíz y el sorgo, fuente de energía en la dieta animal, se marchitaron o, en otros casos, el promedio de rendimiento de grano fue marginal. Eso hizo que se dispare el precio de estos insumos y de otros alimentos sustitutos, como las harinas derivadas de soya, los rollos de heno o el bagazo hidrolizado”, precisó.
Anotó que la mayor preocupación en la actualidad es la falta de disponibilidad de pasto cultivado, ‘chamuscado’ por la sequía y, en otros casos, consumidos, por el fuego. La falta de agua para el consumo humano y animal es otro asunto de extrema preocupación.
Desde Charagua, segunda sección municipal de la provincia Cordillera de Santa Cruz, el presidente de la Asociación de Ganaderos de Cordillera (Agacor), Roberto Vargas, expresó que la situación actual que enfrenta el sector pecuario, como consecuencia de la sequía (no llueve desde enero), es ‘grave’. Falta materia verde para el ‘ramoneo’ del ganado y el recurso agua en los atajados y reservorios naturales.
Denotó que la producción pecuaria en la llanura chaqueña de Charagua está en crisis. Vargas afirmó que muchos productores que no cuentan con pastura natural ni recursos para comprar maíz, sorgo, rollos de pasto o bagazo hidrolizado, cuyo flete de transporte es más caro que dichos alimentos, han ’descargado’ sus potreros porque sus animales empezaron a perder peso y morir de debilidad. “Muchos han alquilado sus potreros y, en casos extremos, vendido sus terrenos para saldar deudas e irse a la ciudad en busca de mejor futuro”, mencionó el dirigente.
Desde la cuna de la cruceñidad, el presidente de la Asociación de Ganaderos de San José de Chiquitos (Agasajo), Erlan Julio Peña, indicó que la prolongada sequía e incendios en la zona han tornado la ganadería en un actividad con muchos riesgos y poco rédito. Hizo notar que muchos ganaderos están desanimados porque, aparte de registrar ‘baja’ de animales, han perdido parte de la infraestructura productiva.
“La pastura está impactada por dos frentes (sequía e incendios) y encima el precio de los granos está por las nubes. En esas condiciones es muy complicado producir”, puntualizó.