“La mayoría del crecimiento de producción de maíz, principalmente, y soya en los Estados Unidos se da con base en el uso de la biotecnología. No hay un crecimiento tan fuerte en área sembrada, y esto pasa con todos los aumentos de producción que vemos en el mundo, sino con el aumento de la productividad por el uso de transgénicos; lo cual contribuye a estabilizar los precios, debido a que la demanda también a nivel global sigue creciendo”, afirmó el economista Sergio Dettmer, vicepresidente de gestión de riesgos para Latinoamérica de Stonex, empresa que da servicio a compañías de la región y de Europa expuestas a fluctuaciones drásticas de precios en materias primas y tasas cambiantes.
El experto participó como panelista en el webinar “Escenario internacional: ¿qué oportunidades y desafíos nos depara a los productores bolivianos?”, organizado por la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), que tuvo lugar esta semana. Explicó, con base en análisis de los mercados en los últimos años, que hoy las economías de los países están en emergencia por la inflación y la volatilidad de los precios de las materias primas.
Indicó que en el contexto productivo hay incertidumbre por la producción de maíz, trigo y soya que cosecharán los grandes productores mundiales y cómo será la exportación a los países compradores. “El precio de los alimentos ha ido creciendo en los últimos dos años, lo que representa un riesgo para todas las economías. Por más que haya inflación, la gente no puede dejar de consumir comida”, complementó.
La postpandemia, el conflicto armado en Europa del Este, la volatilidad de precios de las materias primas, el encarecimiento de insumos, la falta de incentivos para la producción, las sequías y heladas; además, la inflación mundial, la subida del dólar y el encarecimiento del acceso a capital son parte del escenario internacional que pone en estado de alerta a los productores del país, quienes ya en los últimos años han atravesado heladas, sequías y menos opciones de mercados de exportación.
Fidel Flores, presidente de Anapo -que también fue parte del panel de expertos-, enfatizó que su sector tiene todas las capacidades para garantizar la producción de alimentos, sin embargo, demanda que el Gobierno asuma y viabilice políticas que generen condiciones adecuadas al sector. “Vivimos un momento clave, la situación internacional y las condiciones climáticas demandan la necesidad urgente que los productores bolivianos tengamos acceso al uso de nuevos eventos transgénicos en cultivos de soya, maíz y trigo, principalmente”, apuntó.
Con ese objetivo -confirmó- Anapo está a la espera de la aprobación del evento HB4 de soya, resistente a la sequía y cuya adopción por los productores permitiría reducir las pérdidas productivas y económicas que hubo los últimos cinco años, de al menos 500 mil toneladas de grano y un valor de 200 millones de dólares cada año. “Son tecnologías que están disponibles, que son utilizadas por productores de países vecinos como Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay, y que no podemos desaprovechar en Bolivia porque estamos rezagados en productividad y competitividad”, señaló.
Durante el encuentro virtual, que concentró a expertos del área, profesionales y estudiantes de carreras enfocadas en el agro, además de productores y periodistas, Anapo ratificó su posición sobre el uso de nuevos eventos con semillas transgénicas como una herramienta tecnológica para aumentar la producción, sin necesidad de ampliar la frontera agrícola. Esto garantizaría el abastecimiento del mercado interno, generaría excedentes para la exportación y haría que el país sea más productivo y competitivo en el escenario internacional.
Jorge Akamine, presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, aseveró durante su participación en el panel que la producción nacional de maíz y trigo no cubre la demanda, por lo que se debe importar estos granos, invirtiendo montos altos que podrían ser destinados a generar mejores condiciones para aumentar la producción. “Tenemos un punto pendiente como país: que podamos producir y generar excedentes. Es necesario aprobar el uso de la agrotecnología, nuestros vecinos lo hacen y nosotros no. Consideramos como Colegio, la urgencia de atender este tema de importancia mundial ya que nos beneficiará a todos en conjunto”, expresó.
Los analistas coincidieron en que el mundo vive años más complicados que, incluso, la crisis de 2008, cuando no se vieron volatilidades más grandes. Prevén que los precios seguirán con buenas perspectivas y recomiendan tomar decisiones tanto en inversión como en políticas públicas. “Este año estará caracterizado por la inflación y la volatilidad de los precios de la materia prima, como de los tres principales granos más utilizados en la producción de alimentos, el trigo, maíz y soya. Sumado al conflicto bélico y a las sequías, existe incertidumbre en la cantidad de producción cosechada a nivel mundial y por ende, cómo será la exportación a los países”, apuntó.
El análisis realizado en el webinar evidenció la importancia del rol del Gobierno en atender las demandas del sector productivo. Flores ratificó que el escenario internacional conmina a los agricultores a estar preparados para cambios y variaciones, por lo que necesitan políticas de apoyo y no de restricciones. “El sector productivo en el país tiene gran potencial y capacidad para realizar una producción sostenible, pero tenemos que darle certidumbre, está en manos del Gobierno avanzar con la aprobación de la biotecnología con nuevos eventos transgénicos, solo así mejoraremos la producción, garantizando el abastecimiento del mercado interno y se generarán excedentes para la exportación y con ello, divisas para el país, contribuyendo a la reactivación económica”, concluyó.