En medio de llanto, dolor e impotencia fueron enterrados los dos hermanitos asesinados por su padre, quien les asestó varias puñaladas en sus cuellos lo que provocó que se desangren hasta la muerte. El hombre fue condenado, en proceso abreviado, a 30 años de prisión sin derecho a indulto.
El doble infanticidio consternó a la población por las características del crimen. Hasta el mediodía de este jueves sus cuerpos fueron velados, posteriormente los ataúdes fueron trasladados al Cementerio General de La Paz, donde mucha gente esperó con flores y globos blancos para darles el último adiós.
Los familiares, amigos y compañeritos de la escuela acompañaron los actos fúnebres, entre llanto los despidieron, pero también exigieron justicia y sanción al autor de semejante atrocidad.
El padre de los pequeños, Miguel Carlos Martínez, se sometió a proceso abreviado y fue sentenciado a 30 años de cárcel sin derecho a indulto. Su defensa no apeló por lo que se puede entender que es una sentencia ejecutoriada, declaró el fiscal Williams Alave.
La familia de Caleb (10) y Misha (6) contó que su madre estaba totalmente desconsolada, que desde el día que encontró los cuerpos ensangrentados en su casa continua en shock, pues no logra asimilar que sus hijos murieron de la manera más trágica y que nunca más estarán a su lado.
El pasado 30 de agosto, la Policía y la Fiscalía realizaron el levantamiento de ambos cadáveres que presentaban varias heridas punzo cortantes. Según la Fiscalía los menores fueron degollados por su progenitor, Miguel, quien tras cometer el delito intentó quitarse la vida dejando una carta póstuma. El hecho ocurrió en la zona de Villa Pabón de la ciudad de La Paz.
El problema se originó por un conflicto que tuvieron el padre y la madre antes del crimen, por esa razón Miguel se fue con sus hijos a su casa, la noche del lunes; mientras que la mujer se quedó en la casa de su madre.
Yessenia, de 30 años de edad, relató que el verdugo de sus niños era una persona muy celosa, pero que nunca imaginó que sería capaz de causarles daño, mucho menos arrebatarles su vida.
“Yo siempre he estado con mis hijos, los amaba, los adoro a mis hijos. Él era muy celoso me dijo que estaba cambiando y yo le creí. Y él pensó que salía con mi amigo, pero eso no es cierto, trabajo como peinadora, ese día discutimos y me quede con mi mamá”, relató la mujer afectada por las circunstancias.
Añadió que “al día siguiente fui temprano a mi casa y no pude abrir la puerta, empujé y una silla se rompió (y) vi a mis hijos en la cama llenos de sangre. Mi hijo en los pies de la cama todo ensangrentado y mi hija igual. No sé cuál fue el sufrimiento de mis hijitos, me duele mucho, los amo, los adoro. Ellos no podían defenderse”, contó según urgentebo.